Desde el jueves pasado y en el arco de cuatro días cayó agua tres veces más que el total de lluvias de todo julio en la zona de Kansai y el área de Kyushu, norte.
Las operaciones de búsqueda continuaban en el oeste del archipiélago, donde decenas de personas siguen en paradero desconocido. Asimismo, hay al menos 6 millones de evacuados.
El balance provisional de las fuertes lluvias que cayeron en Japón en los últimos días, las más violentas desde hace más de 30 años, aumentó este martes a 156 muertos y más de 80 desaparecidos, anunció el gobierno.
Las precipitaciones registradas entre el viernes y el domingo provocaron fuertes inundaciones, corrimientos de tierra y otros daños graves que dejaron atrapados a numerosos habitantes, a pesar de que las autoridades habían recomendado evacuar a millones de personas.
Una calamidad de estas proporciones no se registraba en el país desde 1982, dicen las estadísticas, cuando un diluvio en la prefectura de Nagasaki provocó casi 300 muertos.
El sol regresó a esa parte de Japón, pero podría complicar las labores de los equipos de rescate, debido al alto riesgo de insolación y golpes de calor.
Unos 73.000 bomberos, policías y soldados trabajaron el lunes en las distintas provincias afectadas, en terrenos a veces muy accidentados.