Los pequeños podrán al fin reunirse con sus familias, algunos hoy mismo, aunque a una distancia de dos metros. Con guantes y ropa especial, los progenitores de ocho de los trece liberados podrán acceder a la estancia donde se encuentran ingresados en el hospital provincial de Chiang Rai, norte del país.
Los cinco restantes, cuatro niños y el adulto, que fueron los últimos en salir de las profundidades de la caverna el martes, permanecerán al menos un día más en cuarentena para evitar el contagio de posibles enfermedades.
«Hay que mantener un protocolo de seguridad debido al débil sistema inmunológico de los menores», que quedaron atrapados en el interior de la montaña el pasado 23 de junio, indicó durante una rueda de prensa uno de los médicos que evalúa al grupo.
Sus familiares les pueden ver y hablar a través de un cristal ubicado en la puerta de la estancia donde se recuperan. «Tengo muchas ganas de abrazar a mi sobrino», dijo anoche a los medios Amporn Srivichai, tía de Ekapol Chantawong, el entrenador de los chiquillos en el equipo juvenil de fútbol «los jabalíes» y el último en abandonar la cueva.- Chiang Rai (Tailandia)