El Ministerio de Salud provincial, a través de la dirección de Prevención y Promoción de la Salud, confirmó que durante el primer semestre del año, 256.236 personas fueron vacunadas contra la gripe. Según se informó, a la fecha no se detecta circulación del virus influenza en el territorio santafesino, pero sí se evidenció la circulación de virus respiratorios como sincicial, adenovirus y parainfluenza, produciendo enfermedades respiratorias.
“Desde el Ministerio insistimos en la importancia de que quienes pertenecen a grupos de riesgo concurran a vacunarse porque está garantizada la provisión de la dosis en todos los efectores y estamos a tiempo de evitar complicaciones por gripe”, sostuvo la titular de la dirección de Epidemiología, María Carolina Cudos.
“La gripe en personas sanas produce cuadros que pueden ser leves o moderados y, en general, se resuelven en una semana sin necesidad de realizar estudios de laboratorio. Solo frente a la sospecha por los síntomas, el médico indicara el tratamiento más adecuado. En algunos casos puede complicarse siendo la neumonía el cuadro más frecuente”, indicó Cudos
Con relación a la detección o el diagnóstico de diferentes tipos de gripe, la profesional recordó que los síntomas son similares: todos los tipos de gripe pueden causar fiebre, escalofríos, tos, cansancio, dolor de garganta, de cabeza y/o de cuerpo, y algunas personas también pueden presentar vómitos y diarrea.
VACUNACIÓN
Ante la posibilidad de contraer esta enfermedad, Cudos explicó que “desde el Ministerio de Salud se recomienda fuertemente que los grupos de riesgo se vacunen todos los años contra la gripe y sus posibles complicaciones graves. Las personas con alto riesgo de contraerla, es el caso de niños, ancianos o individuos con ciertas afecciones, también deberían recibir la vacuna neumocócica”.
En cuanto al tipo de inoculación que se está utilizando, la profesional manifestó que “contra la gripe de temporada recurrimos a la vacuna que protege contra tres virus de influenza: H1N1, H3N2 y virus de influenza B”.
También hizo hincapié en que “todos los niños mayores de seis meses y menores de dos años deben vacunarse contra la gripe de temporada porque no cuentan con defensas para protegerse” y agregó que “si un niño recibe la vacuna contra la gripe por primera vez, necesitará dos dosis con un intervalo de cuatro semanas y si no se cuenta con formulación pediátrica, se debe usar la mitad de dosis de adultos”.
La duración de la inmunidad después de la vacunación es de seis a 12 meses y la protección se obtiene generalmente en dos o tres semanas.
En cuanto a las mujeres embarazadas, Cudos puntualizó que “presentan mayor riesgo de muerte, enfermedad grave u otras complicaciones como muerte fetal, neonatal, parto prematuro y bajo peso del recién nacido; el riesgo es el mismo durante todo el embarazo. La transferencia de defensas al recién nacido por la madre vacunada durante el embarazo le brindarán protección durante los primeros meses de vida”.
Específicamente y en relación a la aplicación de la vacuna, puntualizó que “puede seguir siendo beneficiosa mientras siguen circulando los virus de la influenza. Si no se vacunó antes puede recibir protección vacunándose ahora o posteriormente, ya que la influenza es impredecible y las temporadas pueden variar, por lo tanto nunca es tarde”.
MITOS
La vacuna contra la gripe no puede causar la enfermedad por que los virus de la influenza están inactivos (muertos). Al fabricar las vacunas contra la gripe se matan los virus que se utilizan.
El efecto secundario más común de la vacuna es el dolor en la zona donde se aplicó la inyección. Otros síntomas que no son muy frecuentes, tales como fiebre, dolores musculares y sensación de malestar o debilidad, ceden dentro de los dos días.
Con relación a las personas que pueden sentir síntomas luego de la inoculación, Cudos explicó que “existen varios motivos por los cuales alguien puede sentir señales similares a las de la gripe, incluso después de haber recibido la vacuna: uno de ellos es que puedan haberse contagiado justo antes de vacunarse o durante el lapso de dos semanas que el cuerpo tarda en adquirir la protección una vez aplicada la vacuna. Esta exposición puede ocasionar que una persona contraiga la gripe antes de que la protección de la vacuna haga efecto”.
“Las personas también pueden enfermarse por otros virus que no son de gripe, que están presentes en la temporada de invierno y que producen síntomas parecidos. Debemos recordar que la vacuna contra la gripe no brinda protección contra enfermedades respiratorias que no son causadas por los virus de la gripe incluidos en la vacuna”, concluyó la referente provincial.
NEUMOCOCO
Las infecciones por el neumococo ocurren durante todo el año, con mayor asiduidad durante los meses de invierno. Es el agente que más frecuentemente complica las infecciones virales como gripe ocasionando neumonías, meningitis, infección en la sangre e inflamación del oído.
Depende del lugar en el que se declaren los síntomas, la enfermedad neumocócica puede adquirir una u otra denominación, pero en todos los casos se esconde una bacteria llamada streptococcus pneumoniae (neumococo).
La neumonía neumocócica (infección del pulmón) es la forma grave más común de la enfermedad y se caracteriza por la presencia de fiebre y escalofríos, tos, respiración rápida o dificultad para respirar y dolor en el pecho.
A pesar de que todos podemos contraer la enfermedad neumocócica, es más común en niños menores de dos años y en personas mayores de 65 años. También en aquellos con ciertas condiciones de salud de alto riesgo, similares a las que predisponen a la gripe como enfermedades renales, cardíacas o pulmonares crónicas, personas diabéticas, con sistemas inmunológicos debilitados, fumadoras y quienes no poseen bazo.