Pedro Opeka, el sacerdote argentino y candidato al Premio Nobel de la Paz radicado hace muchos años en Madagascar donde ayuda a la población más vulnerable del ese país africano a salir de la pobreza, fue distinguido por el intendente Corral en el marco de la visita que realiza a la ciudad donde brindará una charla en la Sala Garay.
El religioso pidió "estar más cerca a las necesidades del pueblo comenzando por el empleo, la educación y la salud y luego ser honestos y verdaderos. Yo lloré cuando dejé la Argentina en 1968 porque la quería, porque quería al pueblo, vivía entre hermanos y amigos pero cuando volví 10 años más tarde el barrio donde yo viví no había gente en la calle, todo el mundo comenzaba a encerrarse en sus casas".
"Ahora que vuelvo luego de 50 años veo gente que viene a escucharme. Quiere decir que hay gente buena, que nunca es tarde para poner de pie este país", afirmó el padre Pedro.
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