Nicaragua es un país que tiene una tradición de guerra civil. Prácticamente todos nuestros problemas han sido resueltos con las armas desde los años setenta. Estamos tratando de que no haya más derramamientos de sangre, pero desafortunadamente es poco probable.
El aumento de la violencia está cerrando la vía al diálogo”. Las palabras son de Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES), y tratan de explicar los más de 300 muertos, 150 desaparecidos y 2.000 heridos que han dejado los enfrentamientos entre el gobierno de Nicaragua y la sociedad civil en las últimas semanas.
Las protestas contra la administración del presidente Daniel Ortega comenzaron el 18 de abril por el rechazo hacia una reforma de la seguridad social.
El presidente derogó la ley cuatro días después, pero el daño ya estaba hecho. Los nicaragüenses se indignaron por la violencia desplegada por la Policía desde el inicio de las manifestaciones, una violencia que no ha hecho más que aumentar.
El estudiante Lucho Pazo contó que "desde el día tres los paramilitares usaron balas. Pero balas de verdad, no de goma". Y por esto, lo que comenzó como una protesta contra una ley de pensiones es ahora una lucha para forzar la dimisión de Ortega.
Este domingo grupos armados entraron a cinco ciudades en camionetas. “Hermano, nos cayeron a los que estábamos en el tranque del cementerio de Niquinohomo. Luego se metieron al pueblo a volar balas, realizando una especie de cacería de brujas.
Yo logré escapar porque llegaron a mi casa y me fui para el monte”, contó un joven al diario La Prensa de Nicaragua. Por el contrario, el diario oficialista El 19 digital celebró este domingo la "disolución" de las protestas en estos puntos y aseguró que los paramilitares llevaron la paz al lugar.
La "Operación Limpieza", que busca acabar con los "tranques" (bloqueos en la entrada de las comunidades), dejó más de 10 muertos este domingo tras diferentes acciones armadas contra la población civil, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
Los paramilitares han logrado romper algunas de las barricadas y, según el director de la institución, Álvaro Leiva, tras "neutralizar" con armas a los manifestantes, los policías hicieron una "cacería casa por casa en busca de opositores para su detención". (EFE)