Las nuevas reglas, menos exigentes, han sido propuestas conjuntamente por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Agencia de Seguridad Vial (NHTSA).
Estas suspenden la orden dada por la administración Obama a los fabricantes de automóviles de construir más vehículos menos contaminantes y más eficientes en el consumo de combustible, incluidos coches híbridos y eléctricos.
Denominadas "CAFE" (Corporate Average Fuel Economy), las normas vigentes hasta ahora preveían aumentos graduales de la autonomía de los vehículos hasta alcanzar un objetivo de 54,5 millas por galón de gasolina (unos 100 kilómetros por cada 4,32 litros) en 2025.
No fueron establecidas por vehículo sino por gama de cada compañía fabricante. Para cada modelo que consume mucho combustible, debía fabricarse también un modelo que consuma poco o nada (por ejemplo coches eléctricos), y el promedio de consumo de las gamas debía cumplir con la norma ahora suspendida.
Los nuevos estándares limitan el objetivo a 37 millas por galón después de 2021 y están en línea con la voluntad de Donald Trump de desmantelar la mayor parte del "plan climático" establecido por su predecesor.
El presidente republicano también decidió retirar a Estados Unidos del Acuerdo del Clima de París, diciendo que perjudica los intereses económicos del país.
Las nuevas normas también apuntan a eliminar la exención para ciertos estados, como California, de establecer reglas aún más estrictas que el resto del país en esta materia.
Doce estados lo hacen y animan así a los fabricantes de coches a alinearse con sus normas en lugar de con las federales para poder vender sus automóviles.
"Nuestra propuesta busca lograr un equilibrio regulatorio basado en la información más reciente e implementar una solución para los 50 estados que permita a más estadounidenses comprar un vehículo menos contaminante, seguro, nuevo y más barato", dijo Andrew Wheeler, jefe de la EPA.
Las nuevas reglas, que entrarán en vigencia este invierno, pueden llevar a una larga batalla legal y política con California y a dos mercados automotores separados en Estados Unidos.
"California luchará contra esta (decisión) estúpida con todos los medios a su disposición", reaccionó de inmediato en Twitter Jerry Brown, su gobernador.
Por su parte la líder demócrata en la Cámara de Representantes y legisladora por California, Nancy Pelosi, consideró que el proyecto es una "peligrosa agresión" contra las leyes de su estado sobre salud pública, y criticó este "ataque injusto e ilegal" de la administración Trump, que "va a asfixiar a nuestras comunidades con una nube de contaminación".