Los clásicos del fútbol tienen patentadas frases hechas que resumen los pensamientos encontrados del hincha. El optimismo y el pesimismo disputan una apasionante carrera.
"El que se levanta mejor gana", dice la cátedra del Bar de Manolo. "El que llega mejor casi siempre sufre más", asegura con enfática sabiduría el quiosquero de la esquina. "Van a empatar porque a los dos le conviene" expresa en rueda de peatonal el abogado que larga la frase con seguridad doctoral.
En definitiva, el clásico expone a cada una de las partes a situaciones más de restricción que de apertura a decir lo que auténticamente se piensa y se acude a estas frases para no quedar expuestos por si su equipo cae derrotado.
Es la esencia de la pasión por los colores de la ciudad. La cautela es el filtro de todos. Esta es la parte del hincha. Necesaria y elocuente.
Y el otro lado lo habitan los principales protagonistas del espectáculo: jugadores y cuerpos técnicos.
Y es aquí donde se marca la auténtica realidad, más allá de todas las posturas previas.
Y esta nueva edición del partido más importante de Santa Fe, como es obvio, no escapa a las consideraciones analíticas que se puedan hacer marcando lo que cada uno ofrece antes de la contienda.
Colón, el local, deberá encontrar desde mitad hacia atrás el equilibrio que no ha tenido en la Superliga y tratar de reemplazar a Fritzler, con un acompañamiento a Bastia mucho más firme que en el compromiso anterior. Deberá sacrificar a un delantero (Leguizamon) para fortalecer la defensa y tratar que la dinámica rojiblanca no lo sofoque. A favor cuenta con un delantero picante como Correa, un media punta organizador como Alan Ruiz, que si está inspirado puede por sí solo llevar al equipo a un posicionamiento positivo. Y además cuenta con futbolistas de experiencia y capacidad que en determinados momentos disimulan falencias de grupo.
Unión tendrá que estar atento a que los rojinegros no se adueñen del mediocampo conservando el balón y no repetir errores conceptuales de retroceso en defensa como en el primer tiempo ante San Lorenzo. No deberá "lagunear" para no ser sorprendido. La segunda parte del último partido debe ser el ejemplo a seguir para tener chances concretas de victoria. Presión, esfuerzo y continuidad en el ataque. A su favor cuenta la identidad que tiene, trabajo en equipo y confianza. Sellos de su técnico.
Un nuevo clásico que ofrece en la antesala del espectáculo, una paridad garantizada en defectos y virtudes casi por igual de cada equipo.
Después, claro está, la famosa "dinámica de lo impensado" puede ofrecer su partitura más contundente y la lógica termina sepultada en el terreno más profundo del fútbol.
Salud por un nuevo clásico. Que la fiesta le gane a todos.
Por Hugo Sánchez / Deporte 9