Centenares de personas fueron detenidas este domingo durante manifestaciones contra la muy impopular reforma de las pensiones, convocadas por el opositor en prisión Alexéi Navalni el mismo día en que se realizaban elecciones locales y regionales en Rusia.
La policía detuvo en todo el país al menos a 830 personas, principalmente en San Petersburgo y Ekaterina, en la zona de los Urales, de acuerdo con la organización OVD-Info, especializada en el seguimiento de los arrestos.
En Moscú, al menos 2.000 personas se congregaron en la plaza Pushkin, en el centro de la capital, constató un reportero de la AFP. En San Petersburgo unas mil personas salieron a las calles.
"El poder se llevó todo, hasta la última miga. Mi madre, mi marido van a trabajar durante mucho tiempo. Es la gota de más", dijo a AFP Tatiana Rechetskaia, una manifestantes moscovita de 21 años.
"Gastamos dinero para los militares en Siria, en Ucrania, para los amigos del presidente, pero nada para los jubilados", fustigó Olga Tchenusha, empleada de 44 años.
Las autoridades rusas enfrentan desde hace varios meses un descontento poco habitual por el proyecto del gobierno de aumentar la edad de jubilación, de 55 a 60 para mujeres y de 60 a 65 para hombres.
El presidente Vladimir Putin, que en un principio se alejó del proyecto, finalmente lo respaldó y propuso a fines de agosto flexibilizar la reforma, entre ellos que el aumento en la edad jubilatoria de las mujeres sea de 5 años y no de 8 como se estipuló en un principio. Su anuncio a mediados de junio, el día del inicio del Mundial de fútbol, hizo caer su popularidad.
Las manifestaciones del domingo fueron convocadas por el principal opositor al Kremlin, Alexei Navalni, que purga una pena de 30 días de cárcel por una manifestación organizada en enero. Decenas de sus partidarios fueron detenidos los últimos días.
Presionada por Moscú, la empresa estadounidense Google retiró el sábado de YouTube las convocatorias a las manifestaciones subidas por el equipo de Navalni, con el argumento, según las autoridades rusas, de que violaban la veda electoral antes de una elección.
Las protestas se desarrollaron al tiempo que los rusos votaban en elecciones locales y regionales, para gobernador, diputados locales y otros cargos en las regiones.
El sufragio más simbólico del domingo será el de Moscú, donde se espera que se reelija al actual alcalde, Serguéi Sobianin, ante la falta de una oposición real y el apoyo del Kremlin y del partido en el poder, Rusia Unida.
El verdadero indicador en estos comicios será la participación, después de que las autoridades municipales de la capital rusa multiplicaran las medidas para incitar a los habitantes a acudir a las urnas, con iniciativas como juegos y puestos de comida a la salida de las oficinas de votación.
Por primera vez, los moscovitas estaban autorizados a votar desde sus casas de campo, muy concurridas en esta época del año. Aun así, se prevé que la tasa de participación ronde el 30%, según un sondeo del centro público VTsIOM.
La tasa de participación en Moscú llegaba al 28% dos horas antes del cierre de urnas, según la Comisión electoral.
Sobianin, de 60 años y propulsado en 2010 por el Kremlin a la cabeza de la capital rusa, con más de 12 millones de habitantes, puede jactarse de haber mejorado el rostro de Moscú gracias a unas costosas y gigantescas reformas urbanísticas.
Pero para sus opositores, la multiplicación de zonas peatonales y la apertura de estaciones de metro y de un nuevo parque en el centro de la ciudad no son más que fachada, medidas dirigidas a la clase media que durante el invierno de 2011-2012 se manifestó contra la vuelta de Putin al Kremlin.
En las últimas elecciones municipales en Moscú, hace cinco años, Navalni casi pasa a una segunda vuelta frente a Sobianin. Para evitar tal escenario, solo se permitió a los miembros de la oposición "tolerada", comunistas o nacionalistas, presentar sus candidaturas.
El consejero municipal de la oposición, Ilia Iashin, cercano al opositor asesinado Boris Nemtsov, el ex diputado de oposición Dimitri Gudkov, o el militante gay Anton Krassovski no pudieron presentarse por no completar las exigencias legales.
Al igual que Putin en la última campaña para la elección presidencial, Sobianin no participó en ningún debate.