El pasado 6 de junio varios jubilados esperaban el momento en que las cajas de la sucursal del Correo Argentino de Diego de Alvear, un pequeño pueblo del departamento General López colgado de la ruta 7 en el límite sur santafesino, muy cerca de Rufino, empezaran a pagar los haberes del mes. Entonces un camión de caudales de Prosegur llegó a las 8 de la mañana y los portavalores bajaron con 3,5 millones de pesos en varios bolsones. Entre los supuestos beneficiarios del cobro que aguardaban, un joven con el rostro semicubierto con un cuello polar guardaba silencio. Al retirarse el blindado ese muchacho sacó un arma de fuego en el salón central del correo y obligó a todos a tirarse al piso mientras otros dos sujetos armados entraban al recinto para apoderarse de las sacas repletas de billetes, que se llevaron precintadas, tal como habían entrado.
Los ladrones escaparon en un Renault Sandero que estaba estacionado frente al Correo Argentino, al que luego abandonaron en un camino rural, a 4 kilómetros de Diego de Alvear.
El sitio de pagos de jubilaciones, pensiones y planes sociales en Diego de Alvear no es otro que el Correo porque en ese pueblo de 2.300 habitantes no hay bancos ni cajeros automáticos. Como el dinero era de la Anssés el caso recayó en la Justicia Federal de Venado Tuerto. En ese marco el fiscal de la jurisdicción, Javier Arzubi Calvo, convocó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para las tareas investigativas.
Detenciones con sorpresas
Las pesquisas se iniciaron abarcando en la hipótesis del robo un abanico amplio de búsqueda que terminó ayer con la captura de seis personas _cuatro hombres y dos mujeres_ a las que se les adjudican distintos roles indispensables para consumar el millonario asalto.
La mayor sorpresa fue que la llave para desentrañarlo estaba en el mismo lugar del hecho. Se trata de la participación atribuida al jefe de la filial del Correo Argentino y la de un empleado de esa misma sucursal. Éstos eran la pata local de un grupo mixto, que agrupó a una banda de personas radicadas en la Ciudad de Buenos Aires y al sobrino del presidente comunal del pueblo, afincado en Junín, a las que se les presume participación en otros delitos y falsificación de moneda.
Para la identificación de los autores presuntos hubo tres hilos conductores. Uno fue la declaración de una mujer que contó haber visto, un mes antes del robo, al jefe de Correo conversando con el hombre que, decía ella, era el joven de cuello polar que esperaba junto a los jubilados y que súbitamente inició el robo.
Otro conector fue la patente del Renault Sandero, LUV 143, que había sido cambiada dado que enseguida se comprobó que pertenecía a un Renault Clío. Pero las cámaras de seguridad instaladas en el pueblo habían captado, dos días antes del atraco, a otros dos autos que lo escoltaban en un presunto semblanteo de la zona. Uno era un Chevrolet Onix y el otro un Ford Focus. Ambos tenían las patentes originales, que fueron las que sirvieron para saber quién estaba detrás del golpe. Lo que se estableció es que esos dos autos estaban en Buenos Aires.
El tercer factor que puso a los ladrones en el radar de los investigadores fue un peinado fino de todas las líneas telefónicas que el día del robo impactaron en la antena de Diego de Alvear. Algunas de ellas, que no estaban radicadas allí, comenzaron a seguirse.
Así, el cotejo de datos entremezcló seguimientos a ocho líneas telefónicas, análisis de perfiles en redes sociales y actividad de inteligencia. Eso condujo al fiscal Arzubi Calvo a pedir ocho órdenes de allanamiento el martes para tres lugares distintos.
Los operativos se hicieron en la ciudad de Buenos Aires donde fueron detenidos un hombre y dos mujeres. En los lugares requisados la PSA secuestró 230.444 dólares, 109.800 pesos argentinos y uruguayos, una suma de 25 mil dólares estadounidenses falsificados y elementos usados para imprimir moneda falsa. También allí los efectivos recogieron 16 celulares, tres vehículos recientemente adquiridos y dos paños con alhajas de oro y plata.
Gente conocida
Otro allanamiento se concretó en la ciudad de Junín donde hubo un hombre detenido que, según los investigadores, fue un participante activo del robo y que no es otro que el sobrino del presidente comunal de Diego de Alvear. Los restantes se hicieron en el mismo pueblo que fue escenario del atraco millonario, donde cayeron el jefe del Correo Argentino y su ayudante.
Las escuchas telefónicas realizadas en modo directo, señalaron fuentes judiciales, dejaron saber que la organización delictiva operaba en Capital Federal y en el interior del país. Y que los implicados seguían realizando robos en la ciudad de Buenos Aires con cuyos botínes adquirieron inmuebles y vehículos. Y también incorporaban el dinero robado al mercado a través de la apertura de locales de indumentaria.
Tres jueces federales ordenaron los allanamientos: los realizados en Diego de Alvear fue el de Venado Tuerto, Aurelio Cuello Murúa; los de Capital Federal los pidió Sergio Torres; y Héctor Pedro Plou el de Junín. Una persona con pedido de detención en Ciudad de Buenos Aires no fue ubicada y quedó con captura.
Entre hoy y mañana se espera que los detenidos sean indagados. Primero los que cayeron en Diego de Alvear y luego sus cómplices, que anoche eran llevados a Venado Tuerto.