Un confuso episodio se produjo durante las últimas horas, cuando avión ruso fue derribado de forma accidental sobre el mar Mediterráneo y provocó la muerte de 15 de sus tripulantes.
El Gobierno de Vladimir Putin apuntó sus cañones contra Israel y prometió represalias. Sin embargo, los israelitas “lamentaron” lo ocurrido pero culparon a Siria y a Irán por el ataque.
El ataque ocurrió el lunes por la noche y representa el caso más grave de “fuego amigo” entre dos países aliados desde que en septiembre de 2015 Rusia se involucró para ayudar al régimen sirio del presidente Bashar al Assad para revertir el curso de la guerra.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores ruso llamó al embajador de Israel en Moscú, Harry Koren y le expresaron que según su entendimiento este golpe se trata de una acción provocada por un comportamiento “irresponsable” de los militares israelíes.
El IL-20 “desapareció de los radares del mando de la aviación durante un ataque de 4 aviones israelíes F-16 contra instalaciones sirias en la provincia de Latakia“, cerca de las 20 GMT cuando se encontraba a 35 kilómetros de la costa de Siria.
La nave es un turbohélice de exploración y lucha radioelectrónica que volvía a la base siria de Hamimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación aérea. Según los mismos militares rusos, dentro del espacio aéreo en el que volaba el avión detectaron el lanzamiento de cohetes de la fragata francesa Auvergne, ubicada esa zona del Mediterráneo.
El ataque ocurrió justo horas más tarde de la reunión entre los presidentes Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, cuando llegaron a un acuerdo que suspende la anunciada ofensiva del Ejército sirio contra la provincia de Idleb, bastión de los rebeldes.