La campaña presidencial brasileña dio un nuevo giro este lunes con la última encuesta de intención de voto que catapultó al candidato izquierdista, Fernando Haddad, como vencedor en el balotaje, mientras que en arco antipetista crecían las críticas por una supuesta alianza secreta entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y el centrista João Doria.
Según el último sondeo del Instituto Ibope, la campaña comunicacional de Haddad, el delfín designado por Lula da Silva como aspirante del Partido de los Trabajadores (PT), para canalizar el apoyo de los votantes del exmandatario, preso por corrupción, habría dado ya sus frutos y, vencería en un escenario de segunda vuelta.
A poco más de dos semanas para los comicios presidenciales en Brasil, el apoyo al candidato del PT subió a 22% del 19 anterior y acortó distancia con Bolsonaro, quien se mantuvo estable con el 28% de la intención de voto.
El nuevo sondeo mostró que la polarización entre los votantes de izquierda y los que simpatizan con la ultraderecha es irreversible. El resto de los candidatos, el izquierdista moderado Ciro Gomes, la ecologista Marina Silva y el favorito de los mercados, el centrista Gerardo Alckmin, están prácticamente fuera de juego.
Tienen, no obstante, peso en el decisivo balotaje que se celebrará el 28 de octubredonde, de acuerdo a la medición de Ibope, el escenario ha cambiado y sería Haddad quien resultaría triunfador con alrededor del 43% de los votos frente al 36% de Bolsonaro.
De allí que el ultraderechista, que mejora de un atentado en su contra pero que se ha perdido el último tramo de la campaña antes del primer turno, ha profundizado sus contactos para conformar un gran arco antipetista, una alianza que impida volver al poder al partido de izquierda y que incluya no sólo a su electorado de extrema derecha sino también el apoyo de sectores del centro que recelan una conducción de izquierda para el país.
Una tarea que ya venía siendo exitosa en las encuestas, puesto que el respaldo a Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) ha menguado, y que ayer tuvo un golpe de gracia al cosechar el apoyo -por ahora secreto- de un peso pesado del PSDB, el alcalde de San Pablo, João Doria.
La campaña de Alckmin, que la semana pasada mantuvo reuniones para frenar el drenaje de votos en favor de Bolsonaro, denunció un pacto secreto entre el ultraderechista y Doria.
"Hemos escuchado conversaciones de que hizo movimientos de apoyo hacia otro candidato. Doria no tiene nada que ver con el partido. Sus intereses son personales, de vanidad política, de sus negocios, de su enriquecimiento personal. Su postura ideológica, su tipo de pensamiento, el tipo de mensaje, es la misma que Bolsonaro", aseguró el expresidente del PSDB, Alberto Goldman a O Globo, agregando que en el partido hay un resentimiento hacia el alcalde paulista por la falta de apoyo a la campaña de Alckmin.
"No dudo que antes del final del proceso electoral, dependiendo de quiénes estén en la segunda vuelta, Doria demuestre de qué lado está", criticó Goldman, también exgobernador de San Pablo.
En el estado, el mayor colegio electoral del país, Alckmin, quien lo gobernó entre 2001 y 2006, está 17 puntos porcentuales detrás de Bolsonaro, con 30% del respaldo frente al 13%, según la última medición del Instituto Ibope.