El Fondo Monetario Internacional ( FMI ) prevé que la inflación en la Argentina cerrará este año en el 21,6 por ciento, por encima del compromiso del 12-17% asumido por el Banco Central, un nuevo golpe a la credibilidad de la meta oficial, que ya había quedado en duda por las subas de precios que dejaron los primeros meses del año.
El Fondo mantuvo su proyección de crecimiento para el producto bruto interno (PBI) en el 2,2% este año "gracias al mayor consumo y la inversión pública". El FMI ya había recortado su pronóstico medio punto en enero.
Para 2018, el Fondo proyectó un crecimiento apenas mayor, del 2,3%, gracias a "el gradual repunte de la inversión privada y las exportaciones", una inflación del 17,2% y un desempleo del 7,3 por ciento.
Estas cifras surgen del Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés), el tradicional informe con las proyecciones del organismo sobre la economía mundial que se publica dos veces por año, en la primavera y el otoño boreal, antes de las reuniones anuales.
En octubre del año anterior, el Fondo había estimado que la inflación terminaría este año en el 20,5 por ciento. El recalentamiento de los precios en el primer trimestre, en particular, el repunte de la llamada "inflación núcleo", que excluye subas estacionales o precios regulados, llevó al Banco Central a subir la tasa de interés de referencia al 26,25 por ciento.
"¿Ganando impulso?", reza el título del WEO, que arranca con una oración auspiciosa: "Consistentemente buenas noticias económicas desde el verano [boreal] de 2016 están empezando a darle forma a una brillante perspectiva mundial".
El Fondo elevó su pronóstico de crecimiento para el mundo al 3,5%, una décima por encima de su proyección anterior, un reflejo del optimismo que ha arraigado la expansión sincronizada de las principales economías del mundo tras años de malaria por la lenta salida de la crisis financiera global que estalló en 2008 con la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers.
América latina aparece mejor parada que en las últimas proyecciones del Fondo. La región crecerá un 1,1% este año, una expansión que se acelerará el año próximo al 2,3 por ciento.
Luego de una profunda recesión, Brasil crecería un 0,2 por ciento este año y un 1,7 por ciento en 2018. "La recuperación gradual se verá favorecida por la reducción de la incertidumbre política, la flexibilización de la política monetaria y el avance de la agenda de reformas", indicó el organismo en el informe.
Fuente: La Nación