En el campo pasar del cielo al infierno o viceversa es bastante habitual ya sea por culpa del clima o de los precios. Pero si no aparece ningún cisne negro, en esta campaña ingresarían por los principales granos unos US$ 25.600 millones que el Gobierno espera impaciente.
Precisamente, la Bolsa de Comercio de Rosario mencionó una siembra de 37,2 millones de hectáreas, un millón más que en la campaña pasada y una cosecha de 120 millones de toneladas lejos de las 99 millones que apenas se obtuvieron en 2017-2018 por los estragos de la sequía.
Claro que una cosa son las proyecciones de ingresos por la cosecha y otra es que se concreten. Todo depende de la intención de vender por parte de los productores que, con el inventivo de una zona de intervención cambiaria, como la llama el Banco Central, que se actualiza a 3% mensual pueden llegar a quedarse sentados sobre los silo-bolsa.
De acuerdo con los cálculos del experto Ricardo Baccarin, el trigo arrojaría unas 19 millones de toneladas en vez de las 20 millones calculadas inicialmente. Con las cotizaciones actuales esa cosecha equivale a unos US$ 4.000 millones.
La soja volvió a ampliar el área sembrada, porque con las retenciones que se aplican al maíz, se convirtió en una opción. Así las cosas, se obtendrían entre 53 y millones de toneladas que a los US$ 300 promedio por tonelada arrojarían en trazos gruesos y sin procesar entre US$ 15.900 y US$ 16.500 millones.
En cuanto al maíz hubo cambios en esta campaña. En el escenario sin retenciones muchos se volcaron al maíz de segunda, aquellos que se siembran tardíamente con buenos rindes gracias a los nuevos híbridos. “Eso no sucederá en esta oportunidad y se estiman en total unas 30 millones de toneladas del grano, unos US$ 5.100 millones”, afirma Baccarin.
-¿Qué harán los productores?, se le pregunta.
-Este es un gran año productivo pero va a depender de la necesidad financiera de cada uno en particular. La cosecha son dólares. Y existe un incentivo a guardar por el ajuste de 3% mensual sobre el tipo de cambio. También depende de los precios internacionales. Si las cotizaciones se deprimen. la experiencia indica que muchos retienen.
Fuente: Ahora