"Es verdad que hay una ola de cierre hacia lo extranjero y hay tantas situaciones de trata de personas extranjeras: se explota al extranjero.
Yo soy hijo de migrantes: recuerdo la posguerra, yo era un niño de 10-12 años, cuando donde trabajaba papá llegaron los polacos a trabajar, todos migrantes. Y cómo eran bien recibidos. Argentina tiene esta experiencia de recibir porque había trabajo y también necesidad".
"Argentina es mi experiencia, es un cocktail de olas migratorias porque los migrantes construyen un país. Así fue para Europa: Europa no nació sola, nació con las olas migratorias", expuso en su discurso ante los padres Scalabrinianos.
Para Francisco, "el bienestar es suicida porque te lleva a cerrar las puertas para que no te molesten. Pueden entrar solo estas personas que sirven para mi bienestar... y nosotros tenemos este drama del invierno demográfico y del cierre de las puertas".
"Esto -dijo el Papa en su discurso- debe ayudarnos a entender un poco cómo es esto de recibir al extranjero. Sí, es un extraño, no es de los nuestros, pero cuando se recibe a un extraño, se está preparado para abrir las conciencias para hacerlo bien, y les agradezco eso".
Francisco quiso agradecer a los padres Scalabrinianos "por lo que hacen: tuve la gracia de conocerlos cuando estaba en Argentina porque nuestros estudiantes estudiaban en su facultad, luego como arzobispo tuve su ayuda en esa ciudad que tenía tantos problemas en las migraciones. Muchas gracias, y ahora gracias por habernos dado uno de los subsecretarios para los migrantes, que trabajan muy bien".
Bergoglio observó además que "es más fácil recibir a un extranjero que ser recibido y ustedes deben hacer ambas cosas". "Ustedes deben enseñar, ayudar a recibir al extranjero, dar todas las posibilidades a las naciones que tienen todo y son insuficientes por estas cuatro palabras: cómo recibir un extranjero. Me golpea tanto la palabra de Dios, que en la Biblia dice recuerda que tú has sido extranjero", concluyó. (Tags)