Cuando todo parecía indicar que los bromistas se habían desalentado, tal vez por las penalizaciones a los que fueron descubiertos, y ya no encontraban gracia en llamar para avisar que hay una bomba en la escuela, algún descolgado retomó la saga.
El martes 23 de octubre, llegó un aviso a la central del 911 dando cuenta de la existencia de una bomba en la escuela primaria San Roque, en el norte de la ciudad. Como primaria y secundaria comparten edificio, todos salieron a la calle. Se puso en marcha el protocolo con la consabida evacuación y revisión del establecimiento.
No contentos con ello, el lunes 29, se repitió la amenaza, pero esta vez los profesores no se resignaron a tener que poner otra fecha para tomar los exámenes previstos a sus alumnos y junto con la dirección de la escuela decidieron que una buena forma de quitar fuerza y efecto a las amenazas era tomar las pruebas en la vereda.
Es así que como lo muestran las fotos, los alumnos en condiciones incómodas y poco habituales debieron realizar igualmente los exámenes, el lunes y también este martes, porque el llamado se repitió esta mañana.
De este modo intentan que la posible intención de diferir exámenes ya no sea el motivo de los graciosos para seguir cometiendo el delito de intimidación pública.
Mientras tanto, las autoridades escolares esperan que la investigación pueda determinar quiénes son los responsables de los llamados.