Frenadas bruscas. Arranques a toda prisa. Neumáticos bajos o excesivamente inflados. Demasiada carga de equipaje, ventanas bajas yendo a alta velocidad. Cambios repentinos de marcha en distancias cortas, superar en ruta los 120 km/h. Todas estas falencias en el manejo, y muchas otras, producen un derroche de combustible y de energía que repercuten en el bolsillo y, también, en el medio ambiente.
La Subsecretaría de Energías Renovables y Eficiencia Energética acaba de lanzar un manual con una serie de sugerencias -para convertirse en un conductor atildado y algo más sobrio- llamada Guía de Conducción Eficiente para Vehículos Livianos.
El instructivo contiene 32 páginas y ofrece una serie de recomendaciones que van desde qué automóvil comprar, las formas de manejar el coche de manera eficiente y hasta plantea un modelo para controlar el gasto cotidiano.
Según el Poder Ejecutivo, adoptar los tips de una "conducción eficiente" no solo permite ahorrar energía (y dinero) en el consumo del combustible, sino que reduce los costos de mantenimiento, otorga una mayor vida útil al vehículo y permite bajar el estrés. También genera efectos positivos generales, como la reducción de emisión de gases tóxicos al ambiente y del riesgo en accidentes viales.
"Estilos de conducción y comportamiento como la aceleración, el frenado y la velocidad de conducción, la antigüedad y las condiciones de funcionamiento, los accesorios instalados en su vehículo (por ejemplo, aire acondicionado), así como factores externos (la temperatura, el clima, el tráfico y las condiciones del camino), afectan en el consumo de combustible del vehículo", señala el manual.
Algunas de las recomendaciones sugeridas:
Velocidad. La mayoría de los autos operan con mayor eficiencia cuando viajan entre 50 y 80 km/h. Por encima de esta velocidad, los vehículos gastan más combustible. Por ejemplo, circulando a 120 km se utiliza aproximadamente un 20% más de combustible que a 100 km.
Neumáticos. Como pierden aire lentamente, se recomienda examinarlos al menos una vez por mes. El valor de la presión de fábrica es el que asegura un mínimo consumo de combustible y un mejor funcionamiento. Desinflados no sólo son peligrosos, sino que aumentan la resistencia entre los neumáticos y la calle y, además, el motor tendrá que trabajar más.
Aire acondicionado. Puede incrementar el uso de combustible hasta un 25 por ciento, lo cual equivale a un consumo extra aproximado de 300 litros por año. Cuando el vehículo circula a velocidades menores a 80 km es recomendable bajar las ventanillas y apagar el aire acondicionado.
Auto detenido, motor en marcha. Se genera un consumo aproximado de 0,4 a 0,7 litros por hora. En este sentido, es recomendable apagar el motor del auto si se va a permanecer más de 3 minutos parado.
Palanca de cambios. El uso excesivo de la primera marcha implica un alto consumo de combustible, ya que es la que mayor fuerza transmite. Por lo tanto, es preferible cambiar a segunda apenas se arranca. Una regla general es cambiar a una marcha más alta en no más de 1500-2000 revoluciones por minuto.
Maniobras. Es importante planearlas con antelación para mantener la velocidad del vehículo constante, lo que permitirá evitar consumos innecesarios.
Cuestión de peso. Se recomienda distribuir de manera uniforme la carga en el vehículo y evitar el exceso en la parte superior, ya que supone una mayor resistencia del aire y mayores niveles de consumo. Un auto mediano aumenta su consumo en aproximadamente 1% por cada 25 kilos de peso adicional.
Mirá el instructivo completo en versión PDF