El incendio más destructivo y letal de que hay registro en California dejaba al menos 77 muertos y casi 1.000 desaparecidos, dijo la oficina del sheriff tras una vigilia en honor a las víctimas.
"Un cuerpo fue localizado hoy", lo que aumenta a 77 los fallecidos en el incendio bautizado como "Camp Fire", que se desató hace diez días en el norte de este estado de la costa este de Estados Unidos, dijo el sheriff del condado de Butte en un comunicado.
"De los 77 muertos, hemos identificado a 67", señaló. El número de desaparecidos, en tanto, cayó de más de 1.200 a 993, añadió.
Asimismo, el "Camp Fire" destruyó 10.000 construcciones tras arrasar una superficie de 61.000 hectáreas, borrando del mapa la localidad de Paradise.
Contenido en un 65%, no se espera que el "Camp Fire" sea controlado en su totalidad hasta fin de mes, dijo el servicio de bomberos de California, que desplegó unos 5.000 hombres y 28 helicópteros para combatirlo.
Sobrevivientes y familiares de las víctimas se reunieron el domingo en la First Christian Church de la vecina localidad de Chico para una vigilia."Nos levantaremos de las cenizas", versaba un cartel sobre el altar.
Miles de vecinos lograron huir de las llamas se refugiaron en iglesias y tiendas de campaña.
El Servicio Nacional de Meteorología indicó que bajos niveles de humedad y vientos arrachados imperarán en buena parte de California este lunes, aunque indicó que esas condiciones podrían cambiar.
El pronóstico para el área de Paradise prevé lluvias la noche del martes y fuertes precipitaciones el miércoles, un día antes de la celebración del Día de Acción de Gracias.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó el sábado la arrasada ciudad de Paradise, y también viajó a Malibú para comprobar los daños provocados por otro incendio en el sur del estado, el "Woosley Fire", que devastó 40.000 hectáreas y dejó al menos tres muertos.
Se reunió con bomberos, líderes locales y el gobernador demócrata de California, Jerry Brown, pero algunas víctimas se mostraron desilusionadas porque no se reunió con ellos.
"Supe que estaba de visita, escuché que ya se fue... Lo siento, no contará con mi voto la próxima vez", dijo Cliff Trophies, un jardinero, en Chico.
Con un rostro grave y sin máscara a pesar del humo que cubre la región, Trump constató en Paradise el alcance del desastre, acompañado de la alcaldesa de Paradise, Jody Jones.
"Es triste de ver", dijo Trump tras haber pasado unos 20 minutos en un campamento de casas rodantes donde sólo una bandera nacional aportaba algo de color a un paisaje de cenizas.
El mandatario reiteró su afirmación de que California ha realizado una pésima gestión forestal, a la que responsabiliza de los incendios.
"Estoy decidido a asegurarme de que esto quede todo limpio y protegido, (debemos) encargarnos del bosque, es muy importante", afirmó en Paradise.
Días antes había amenazado con recortar los fondos federales debido a la presunta "pésima gestión forestal" de las autoridades de California, olvidando que los bosques se encuentran en su mayoría bajo control federal.
Brian Rice, presidente de la asociación de Bomberos Profesionales de California había considerado "desinformadas" las declaraciones de Trump y señalado que el gobierno federal había recortado el presupuesto para gestión forestal.
El Congreso aprobó un presupuesto de 2.000 millones de dólares para la lucha contra los incendios forestales en el año fiscal 2018. (Reuters)