"Simón está hace 3 años con nosotros y es súper compañero, lo más bonachón que hay. No me sorprendió que defendiera a mis hijos", así comenzó el relato de Valeria Centeno, la dueña del perro héroe que fue mordido en la cabeza por una yarará al proteger a los pequeños de la familia.
El can fue fiel a sus dueños que hacía años lo habían rescatado del maltrato animal sufrido. Simón fue abandonado, atado con un alambre al portón de los Centeno, estaba desnutrido, enfermo y descaderado.
Todo parecía un día normal y tranquilo. Valeria estaba en la lavandería, cuando sintió los "gritos desesperados" de su hija mayor.
"De repente escuché que mi hija gritaba desesperada que había una serpiente y entró corriendo. Esos segundos fueron un caos porque estaba sola y no me alcanzaban las manos para entrar a mis hijos, a los perros, cerrar la puerta y protegerlos", contó la mujer.
Todo ocurrió en El Challao, en la localidad de Las Heras, en Mendoza, el viernes (pero trascendió este lunes) mientras los pequeños jugaban en el patio de la casa al anochecer. Centeno contó que si bien hacia un rato largo que sus mascotas ladraban, pensó que era un cuyi o algún animal así.
La mujer, que forma parte de la agrupación protectora de animales "Mascoteras de corazón", puntualizó que nunca imaginó que Simón había sido mordido. Señaló que se dio cuenta a las dos horas y media, cuando vio que su "perrihijo" (como ella los llama) estaba muy hinchado, con los ojos cerrados por la hinchazón, deformado y sin poder respirar.
"Fue toda una odisea, fue loco, desesperante", describió Centeno.
El mal trago no terminó allí, sino que tuvo que hacer una carrera contra el tiempo para conseguir el antídoto contra la mordedura de este tipo de reptil, que le fue negado por estar reservado sólo para uso humano.
"En el momento no sabía a dónde ir. Convengamos que no es lo más normal del mundo encontrarte en el jardín de tu casa una víbora".
Luego de que se viralizará la noticia a través de Facebook, la mujer pudo dar con el Secretario de Ambiente, Humberto Mingorance quien lo autorizó y le salvó la vida a este héroe de cuatro patas que protegió a Morena de 8, Benjamín de 5 y Camila de 1 año.
"Me pude contactar con Valeria a eso de las 10 del sábado, hice los trámites para que se autorizara. Ya había trabajado en otros casos con el Lencinas, y mi intervención no fue para pasar por encima de los protocolos, sino para salvar la vida de un animal, que también lo establece una ley", relató el funcionario.
"Si bien es cierto que son dosis destinadas al uso humano, fundamentalmente en este caso fue una situación específica en donde una serpiente entró a una propiedad privada y podría haber mordido a uno de sus hijos. Por eso, como caso especial se tomó la decisión de disponer una dosis y tratar de salvarlo", agregó Mingorance.
Después de lo vivido, Valeria resaltó la importancia de tener a disposición antídotos de picaduras de arañas, víboras, y otros. Resaltó que los antiofídicos no están en todos los hospitales, sino en dosis aparentemente acotadas y sólo en el Lencinas.
"No tenés millones de picaduras al año, no entiendo por qué me lo negaron. En más creo que tanto zoonosis como las veterinarias, también lo deberían tener para evitar toda la odisea que tuvimos que pasar", dijo y agregó que al momento de buscar la dosis le dieron una 'cátedra de moral' por quitarle la posibilidad de tenerlo a una persona.
"Si tenía que pagar el antídoto, lo pagaba. Yo sabía que se podía conseguir desde Buenos Aires en 5 días, pero Simón no tenía ese tiempo. Él salvó a mis hijos, yo iba a intentar salvar su vida", finalizó.
Fuente: UNO Mendoza