A 35 años de que el virólogo francés Luc Montagnier y la bioquímica Françoise Barré-Sinoussi identificaran el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) —recibieron el Premio Nobel en 2008—, el Sida continúa siendo un desafío para el sistema de salud global con más de 36 millones de casos detectados (1,8 millones de nuevas infecciones cada año), especialmente en las regiones más pobres del planeta, como el continente africano. En la provincia de Santa Fe se estima que hay 10.800 pacientes que están infectados, según una proyección del Comité Provincial de ETS y Sida.
Damián Lavarello, coordinador del comité, contó que hay unas 5.500 personas que reciben tratamiento antirretroviral en la red de hospitales y centros de salud de Santa Fe —la medicación la entrega Nación—, unos 900 pacientes más del Iapos y unas 600 personas que tienen cobertura de las obras sociales y prepagas. “Son los 7.000 pacientes que en la provincia están diagnosticados, pero se calcula que hay entre 3.500 y 3.800 personas que no saben que están infectados con el virus”, advirtió.
La tendencia es similar a nivel nacional. En la Argentina se calcula que hay 130.000 personas con VIH (entre 120.000 y 135.000). El 70% tiene diagnóstico y recibe tratamiento; y el 30% no. Es un dato central, porque en las personas que toman la medicación la carga viral es indetectable y se reducen significativamente las chances de transmitir la enfermedad.
“En la actualidad —insiste Lavarello—, la infección por VIH es una enfermedad crónica y con un tratamiento muy tolerable, que suele ser de un solo comprimido por día. Tenemos pacientes que ya hace 25 años que toman la medicación con muy buenos resultados”.
Es un escenario muy distinto al que se enfrentaba a mediados de los 80’ y es importante para terminar con el estigma, la discriminación y los prejuicios que durante décadas persiguieron a los pacientes. Pero no hay que relajar la prevención: un tema que preocupa a los médicos santafesinos es que desde hace unos años los casos no se concentran solo en las ciudades más grandes —Rosario, Santa Fe, Rafaela, etc.— sino que también se detectan en localidades más pequeñas como Ceres, Florencia y Tostado, entre muchas otras.
Hay dos estrategias de prevención centrales: el uso del preservativo, que sigue siendo una barrera eficaz contra el virus y contra las enfermedades de transmisión sexual —por más “pavadas” que se digan—, y la detección temprana para evitar el riesgo de que un portador contagie.
Fuente: El Litoral