La Dra. Griselda Tessio, exvicegobernadora y exfiscal federal que estuvo a su cargo de la investigación del robo al Banco Nación de Santa Fe perpetrado por Mario Fendrich, habló con La Pulpo sobre el caso y la muerte del exbancario.
"Fueron días muy intensos. La comisión del delito fue un viernes por la tarde. Fendrich había programado la apertura de la bóveda -que se usualmente se hace para que se abra los lunes a las 7- con una clave que solamente el tesorero y el subtesorero la tienen y que ni el gerente la conoce. Él la había programado para la tarde. Por lo tanto era imposible abrir la bóveda antes de ese momento", recordó Tessio en el aire de LT9.
"inmediatamente la gerencia del Banco Nación se puso en contacto con la casa central que envió técnicos expertos para abrirla pero recién se pudo abrir a la hora programada. Allí fue cuando el banco hizo la denuncia en el juzgado federal y empezamos la investigación", continuó.
Sobre el proceso judicial, sostuvo que "Fendrich estaba prófugo. Seguimos la investigación con muy pocos elementos, a pesar de que pudimos tomar testimoniales de las personas del banco que en algún momento se cruzaron con él, fundamentalmente la del sereno y el portero".
La reconstrucción del hecho
"Me acuerdo de ese dato: llenamos una caja que servía para el embalaje de un televisor antiguo con billetes de $100 de la época hasta hacer los tres millones y los 187 mil dólares para ver si lo podía trasladar solo", comentó.
"Era muy pesado", menicionó, "pero el sereno que le abrió la puerta corroboró que se notaba que cargaba un gran peso, aunque Fendrich dijo que eran elementos de pesca".
Tessio detalló luego el camino por el que continuó la investigación: "Mandamos a avisar a la Interpol, Migraciones. De ahí se corrió un reguero de versiones sobre su paradero", hasta que el exsubtesorero se presentó ante la justicia un día después de la muerte de Carlos Monzón.
"Toda la prensa nacional estaba en la ciudad así que fue una noticia de gran impacto para todo el país", indicó.
Paradero
Según Tessio, la hipótesis de la Fiscalía era que algunos operadores judiciales tenían algunas noticias más fidedignas de dónde podía haber estado. Algunos hablaban de que estaba una quinta en Funes, pero "era un dato muy vago".
"Evidentemente era un lugar al aire libre porque cuando se presentó estaba tostado por el sol, con una camisa hawaiana y en ojotas. Era un ambiente de quinta, no encerrado", evaluó.
Su defensa fue "bastante disparatada" porque Fendrich habló de un secuestro y de amenazas contra él y su familia. "En verdad, eso hubiera sido más o menos creíble si no hubiera dejado la nota Juan José Sagardía", en la que decía 'Gallego, me llevé tres millones de pesos del tesoro y 187 mil dólares de la caja'.
"Pero con el tiempo no insitió con esa versión", agregó.
Juicio
"El tuvo una condena justa porque tuvo un preceso legal justo. En ese momento pidió varias veces entrevistarse conmigo bajo el argumento de que me iba a decir donde estaba lo que quedaba del dinero. Yo tenía la hipótesis de que no era mucho lo que quedaba", dijo la investigadora del caso en diálogo con Claudio "Turco" Cherep.
Siguiendo con la hipótesis de la fiscal es que el dinero robado era para mantener a su familia, "pero el resto se fue entre abogados y pagar la estadía oculta que tuvo que pagar. Eso no es grátis porque él era un prófugo y nadie aloja a un prófugo gratuitamente".
"Todo hacía suponer que en rueda de amigos se le planteó una posibilidad, primero probablemente una insinuación y luego tal vez el plan concreto para repartir ese dinero", añadió, ya que el porvenir que le esperaba era una jubilación no demasiado cuantiosa, "lo habrán convencido de que dar el golpe del siglo era posible, lo que no fue así".
"Para mí este es un caso cerrado, en este momento lo que creo es que hay que tener respeto por los hijos, porque Fendrich ha muerto pagando sus culpas con la sociedad", concluyó.