Bernarda Massolo fue dada de alta luego de permanecer internada en el hospital José María Cullen desde el pasado 2 de diciembre, cuando fue derivada desde el Hospital Universitario de la localidad brasilera de Santa María donde ingresó el jueves 22 de noviembre con el 56% de su cuerpo quemado.
"Con gran alegría el lunes se pudo articular con los distintos servicios de atención multidisciplinaria la posibilidad de poder darle el alta hospitalaria", a Bernarda Massolo, informó al respecto el director del Cullen, Dr. Juan Pablo Polleti.
El médico explicó además que, sin embargo, la paciente no recibió el alta de salud, ya que Bernarda ahora puede estar en su domicilio y recibir atención ambulatoria con curaciones diarias en el nosocomio de avenida Freyre, con articulación en el hospital Mira y López para la atención kinesiológica y, además, deberá concurrir a una serie de sesiones con el equipo especializado en salud mental más cercano.
Vale recordar que Bernarda ingresó el jueves 22 de noviembre al Hospital Universitario de la localidad brasilera de Santa María con el 56 por ciento de su cuerpo quemado. Su familia pudo enterarse de lo ocurrido a través de publicaciones en la red social Facebook que daban cuenta de que la joven había sido prendida fuego por su pareja, Ángel Gabriel Rolón.
"Ella relató que estaba durmiendo cuando empezó a escuchar los gritos de esta persona diciendo 'te voy a matar'. Ahí fue cuando le tiró kerosene en su cuerpo y un fósforo", había relatado Tania, madre de la joven, a LT9 poco después de conocerce el hecho.
"Mi hija estaba acostada, no sabía qué estaba pasando porque no se había alcanzado a despertar. Ella salió corriendo en llamas, cruzó la calle y la gente la socorrió y la llevó hasta el hospital. Él se dio a la fuga, se llevó el documento de Bernarda, no lo pudimos encontrar", sostuvo en aquella oportunidad la mujer.
En cuanto al atacante, Gabriel Rolón fue detenido por la justicia brasileña el miércoles 28 de noviembre en el municipio de Candelaria, a unos 107 kilómetros de donde se produjo la agresión, y ahora enfrenta cargos por tentativa de femicidio, que en Brasil contempla una pena que va desde 12 a los 30 años de prisión.