El periodista e investigador Raúl Kollmann habló con La Pulpo a cuatro años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien tenía a su cargo la Unidad Fiscal especial que investigaba el atentado contra la AMIA en 1994 y que intervenía también en las causas relacionadas con el encubrimiento u obstaculización de la acción de la justicia.
"La muerte de Nisman fue un tema político, y no solo nacional, sino que ha sido geopolítico porque se juega el eje de la pelea con Irán a nivel internacional", comenzó diciendo en comunicación con Claudio "Turco" Cherep.
Consultado sobre por qué cree que hay sectores que afirman que el fiscal fue asesinado y otros que sostienen la hipótesis del suicidio, Kollmann señaló: "Desde el primer día el oficialismo, Cambiemos, han tratado de echarle la culpa a un comando iraní-venezolano-kirchnerista que nunca apareció un solo rastro al respecto".
"El departamento estaba cerrado por dentro. No hay rastros ni de pelea ni de conflictos, no hay desorden de ningún tipo. La pericia indicó que en las manos de Nisman había rastros consistentes con disparos de armas de fuego. Todas las pruebas muestran eso, tal como lo sostenía la primer fiscal del caso, Viviana Fein", enumeró dentro de los argumentos que abonan su teoría.
"El cuerpo médico forense de la Corte Suprema de Justicia, que respondían a Lorenzetti que tenía una mala relación con el gobierno kirchnerista, decían que no se observaba que el caso podría ser un homicidio", destacó.
"La junta de criminalistas dijo que no había ninguna otra persona en el baño en el momento del disparo. Insisto: son una cantidad de pruebas muy alucinantes", aseguró el periodista.
"Del otro lado, para dar vuelta esto en Comodoro Py, pidieron una autopsia a la Gendarmería, que no hace autopsias y está bajo el mando de la ministra Patricia Bullrich, dibujó la idea que a Nisman lo mataron. Los hechos no importan, este es un tema político, por eso se apoyaron en esa pericia hecha por la Gendarmería y fueron para el lado del homicidio", sostuvo "Tuny" Kollmann por LT9.
Más adelante en la entrevista, el periodista del diario Página 12 y de Canal 9 habló sobre el rol del técnico informático Diego Lagomarsino en la trama de lo que él argumenta que fue un suicidio: "Nisman le pidió el arma prestada a su custodio Rubén Benítez, el policía se negó a dársela y por eso recurre a Diego Lagomarsino, que le presta un arma vieja, de al menos 30 años. Nadie pone un arma que está a su nombre en el Renar para un homicidio".
"Todo es inconsistente. En cuatro años a Lagomarsino no le han encontrado nada, ni siquiera que pertenece a un servicio de inteligencia como decían. Lagomarsino no estaba en el departamento en el momento que se disparó Nisman, eso quedó comprobado en la causa con las cámaras del peaje y del edificio que lo muestran entrando. A Lagomarsino lo procesan como cómplice de los autores del homicidio de Nisman pero no están identificados hasta el momento", agregó.
"En cuatro años no encontraron a nadie que haya entrado y salido del edificio para asesinar a Nisman", subrayó.
En cuanto a la exesposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, Kollmann aseguró que la jueza federal "logró sacar la causa de la justicia ordinaria, trasladarla a Comodoro Py para que ahí se haga el laburo de convertir eso en sospecha de homicidio".
"Arroyo Salgado dio un paso al costado de la causa porque ve que el homicidio se va cayendo como hipótesis en la población", dijo respecto a la renuncia de la madre de las hijas de Nisman a la querella que investiga qué sucedió la madrugada del domingo 18 de enero de 2015.
Finalmente, sobre la probabilidad de que el gobierno utilice este caso para la campaña presidencial afirmó: "Creo que difícilmente puedan utilizar esta causa, como la del memorándum con Irán, para sacar rédito político, son causas débiles".