Es decir, donde se respeten las instituciones, donde no se mienta, donde se trabaje para tener una macroeconomía sustentable, en una tarea que cosecha rechazo y resistencia. “No en vano en más de 70 años la Argentina anda a los tumbos”, explican.
En tanto, para la Rosada, quienes rechazan y por ende se resisten al cambio son todos aquellos sectores tanto del ala política como pública que entienden los negocios y la política con una mirada sectorial y extractiva.
La desconfianza y el malestar general de la sociedad lo entienden, “no es fácil transitar tantos sinsabores especialmente aquellos que no llegan a fin de mes”. Sin embargo, les cuesta aceptar más la decepción y la queja que reciben por parte de los principales sectores productivos.
Dispuestos a escucharlos como asimismo pedirles ayuda el jefe de Gabinete, Marcos Peña comenzó a mantener reuniones con diferentes sectores como lo fue la semana pasada con los bancos y este jueves recibió a unos varios directivos de las empresas Plus Petrol, Balanz, Farmacity, y Eduardo Constatini, entre otros.
Sin agenda, el propósito de la invitación a la Rosada es mantener un diálogo “abierto y sincero” sobre la situación del país. En un año electoral al Gobierno no se le escapó el malestar que impera en los sectores empresarios y por eso comenzaron a abrir las puertas de la Rosada para mantener estos encuentros informales. La idea del jefe de Gabinete es tener al menos dos reuniones por semana siempre y cuando su agenda lo permita.
En estos encuentros la intención de Marcos Peña es “hablar con la verdad” y pedirles que “involucren en la solución de los problemas” porque la consigna oficial es “la salida es entre todos”. Al menos, entre aquellos que sean convocados por el gobierno.
Peña les explicará a que responden los cimbronazos del dólar, los malos datos de inflación, de pobreza, de caída de la actividad y de la inversión:“Son los costos que hay que pagar para tener una economía sana”. Es el camino lleno de piedras hasta alcanzar la meta, siempre explican.
También le trasmitirá que “nadie destaca que llegamos al déficit cero”. Y defenderá el accionar tanto del ministro de Hacienda, Nicolás Dujvone, como del presidente del Banco Central, Guido Sandleris. “Cambiarlos, ¿para qué y por qué?”
Admiten que la economía no está bien pero no creen que sean errores propios ya que adjudican más a los problemas ocasionados por el mundo, la tasa de la Reserva Federal, la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el Brexit, la lira turca.
Fuente: Ámbito