Las cláusuras surgieron de inspecciones realizadas por el Secretario de Gestión Pública, Matías Figueroa Escauriza, en el local comercial de Avenida Zobboli entre Bernardo de Irigoyen y Balcarce, y en un terreno a 15 kilómetros del casco urbano, donde se producía el desguace de los vehículos. 

“Llevamos adelante una inspección de rutina simultáneamente en dos predios de Rafaela, en un local comercial donde se vendían las autopartes al público y en un desarmadero que tenían a cielo abierto, donde había más de 500 chasis y muchísimas piezas extraídas de rodados”, explicó Figueroa Escauriza al término del operativo. 

“En el predio más alejado, en el kilómetro 214 de la ruta Nº 34, era donde se desguazaban los vehículos: los coches ingresaban, los cortaban y les sacaban las puertas, así como los distintos elementos, para luego comercializarlos”, reveló el funcionario del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, quien estuvo acompañado en todo momento por personal policial.

“Desde el Registro Provincial de Desarmaderos hemos hecho un relevamiento de todos los espacios que se dedican a esta actividad y les hemos pedido que regularicen su situación. Estos locales en particular ya habían sido notificados, pero al inspeccionarlos advertimos que no habían regularizado su situación, por lo que procedimos a la clausura”, contó el secretario de Gestión Pública. 

“Este tipo de acciones benefician a la seguridad de la localidad porque lo que se trata de hacer es apuntar contra la sustracción de autos y de motos, al desalentar que los vendan enteros o en parte en algún circuito de aparente legalidad”, concluyó Figueroa Escauriza

Las piezas de algunos desarmaderos ilegales se han compactado, otras se han donado a escuelas técnicas para mejorar sus talleres y darles mayores herramientas de aprendizaje a los alumnos. También se dio el caso de un auto de colección (marca Chevy, de la década del 60) que se donó a un museo para que lo restaure y lo exhiba.