Personal antibombas de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires detonó hoy un artefacto, que resultó no ser explosivo, frente a la vivienda de los hijos de uno de los fiscales de la causa de los cuadernos, Carlos Stornelli, ubicada en el barrio porteño de Palermo.
Fuentes policiales informaron que "en Jurisdicción de la Comisaría Vecinal 14C de la Policía de la Ciudad, alrededor de las 19:15 se recibe llamado donde informa que en Castex al 3300 hay un artefacto explosivo -tres tubos rojos con cables- se solicitó cooperación de personal de antibombas de la Policía de la Ciudad".
La información policial agregó que el objeto detonado resultó "negativo artefacto explosivo. Son solo tubos plásticos unidos con cable aparentando ser una bomba."
El comunicado policial, encabezado con "Sobre amenaza de bomba hijos de Stornelli" concluyó con que se abrió "una causa por intimidación pública".
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo esta noche que el hecho "es un mensaje mafioso".
"Hablé con el fiscal Stornelli para asegurarle seguridad hacia sus hijos por esta situación amenazante y también hablé son el secretario de Seguridad de CABA, Marcelo D'Alessandro que son los que están llevando hasta el momento este hecho que se descubrió", dijo la funcionaria en el programa "La Cornisa" de América TV.
"Un explosivo es un mensaje mafioso, amenazante porque imagínese que a un fiscal le pongan un artefacto así en la casa de sus hijos creo que es peor que se lo pongan en su propia casa, cómo puede reaccionar o cómo pueden paralizar a su padre con un mensaje de este tipo hacia él involucrando a sus hijos. Tenemos que saber quiénes son los que están generando estos mensajes, perseguirlos y agarrarlos", agregó.
"La calle Castex es una calle en la que no circula gente. Para que aparezca un artefacto de este tipo hay que ir y ponerlo. No es un lugar de circulación. La Policía de la Ciudad está viendo las cámaras. Hablé con la Policía de la Ciudad y la Dirección de Protección de Estado de la Policía Federal que están yendo al lugar pero evidentemente el mensaje es muy complicado", concluyó Bullrich.