Un episodio extraño y triste sucedió el mediodía de este miércoles en un bar ubicado en 27 de Febrero y Corrientes. Un matrimonio de adultos mayores se sentó a almorzar. Habían llegado acompañados por un hijo, que tras dejarlos en la puerta del local, se retiró. La pareja comió y hasta entonces todo parecía normal. Pero pasaron las horas y las encargadas del recinto comenzaron a preocuparse porque nadie llegaba a buscar a la pareja. Hugo G., de 92 años, y su esposa Hilda P., de 88, les explicaron a los empleados que, efectivamente, esperaban a quien nunca llegó, y entonces los ancianos fueron trasladados a la comisaría 5ª. Desde la seccional consiguieron, ocho horas después, contactar a otro hijo, quien accedió a recibirlos en su vivienda.
Fuentes del Ministerio de Seguridad señalaron que el encargado del bar, Gabriel S., confirmaron la saga: en horas del mediodía, dijeron, una persona acompañó a los ancianos y luego se retiró. Pasadas las horas y sin poder contactarse con ningún familiar, los responsables del negocio llamaron a la Policía y los ancianos fueron trasladados a la comisaría 5ª. Médicos del Sies constataron allí que los dos se encontraban en buen estado de salud.
Finalmente, otro hijo de la pareja, Raúl G., se hizo cargo de la situación.
Una de las encargadas del bar del macrocentro relató ante un cronista de Radio 2 que ella vio cómo el hijo de los ancianos los dejó en la puerta del bar y se retiró. El hombre no entró, aclaró. La empleada describió un estado de aparente abandono de la pareja: “Estaban sucios, con olor, fue una situación espantosa. Tenían perchas y bolsos, así los dejó en la vereda”, detalló.
La mujer coincidió en los relatos: dijo que el matrimonio de 92 y 88 años almorzó y al cabo de las horas todos en el bar comenzaron a impacientarse. Incluso, los abuelos. “La mujer miraba hacia la ventana, decía que tenía que venir su hijo a buscarlos, que ellos no tenían forma de comunicarse, ya que no sabían su número teléfono ni el de otro teléfono como para que alguien se contacte con él”, indicó. “Contaron que vivían en 27 de Febrero al 1500, a metros del bar, así que tras llamar a la Policía decidimos ir al edificio con la esperanza de contactar al menos a un vecino. Al llegar, supimos lo que había pasado, y es que fueron desalojados”.
La información recolectada luego permitió determinar que el matrimonio debía meses de alquiler, por lo que debieron retirar todos sus elementos de la vivienda y dejarla. La pareja se retiró acompañada del hijo que acompañó a sus padres hasta el bar. A partir de esos datos, y por el momento, todas son conjeturas.
Hilda les contó a una de las empleadas del bar lo que, según la mujer, pasaba: que con su compañero se estaban mudando y que su hijo tenía que pasar a buscarlos.
Otro de los hijos del matrimonio prometió, aunque con la aclaración de que en su casa no había mucho espacio y que atravesaba una etapa de rehabilitación física, alojarlos al menos esa noche. La situación de los ancianos, a partir de entonces, está por resolverse.
Raúl, el otro hijo de la pareja al que pudieron contactar alrededor de las 20 de este miércoles, ofreció algunos indicios: “Lamentablemente, papá y mamá quedaron en la calle, porque no pudieron sostener el alquiler”, admitió el hombre ante un canal de televisión. Mencionó, aunque aclaró que no tenía conocimiento cabal de la situación, un ultimátum de la inmobiliaria para que desalojen el departamento. Y de su hermano, agregó, sabe poco.
Fuente: Elciudadanoweb.com