Al menos 91.600 personas murieron hasta ahora en la guerra en Yemen, incluyendo 8.000 civiles víctimas de ataques directos de la coalición liderada por Arabia Saudita y sus aliados, informó una ONG que coteja datos de conflictos alrededor del mundo.
La guerra comenzó a fines de 2014 con la toma del norte y centro del país árabe por rebeldes musulmanes chiítas alineados con Irán, lo que forzó al gobierno a abandonar la capital, Sanaá.
Meses después, en marzo de 2015, una coalición de países musulmanes sunnitas, liderada por Arabia Saudita y con apoyo logístico de Estados Unidos, lanzó una campaña para evitar que los rebeldes, conocidos como hutíes, tomen el sur de Yemen.
En una ofensiva implacable, los ataques aéreos de la coalición, la mayoría de ellos sauditas y de Emiratos Árabes Unidos, han alcanzado escuelas, hospitales y casamientos y matado a miles de civiles yemeníes.
Los hutíes, por su partes, han usado drones y cohetes para atacar objetivos dentro de Arabia Saudita, incluyendo aeropuertos y un oleoducto, y barcos en el mar Rojo, al sur de Yemen.
Los civiles se han llevado la peor parte del conflicto, que según la ONU ha desatado la peor catástrofe humanitaria del mundo.