Griselda Bordeira, la ex funcionaria municipal que permanece detenida en la Unidad Penal Nº6 de Paraná, acusada por presuntas vinculaciones con el narcotráfico, desmintió las acusaciones que manifestó Nahir Galarza, condenada a perpetua por matar a su novio.
Es que la joven de Gualeguaychú denunció por abuso a Ludmila Soto, una policía de Rosario del Tala condenada por apremios: le achacó el haberla mirado mientras se bañaba y el supuesto robo de ropa interior. "Una compañera me contó que cuando me bañaba, esta chica se subía a una silla para espiarme y verme desnuda, porque el baño no tenía techo. Y que a veces me miraba por una mirilla. Una vez me manoseó", había dicho.
De acuerdo a lo que reveló Bordeira, en el pabellón de seguridad que fue diseñado en el penal de mujeres para su alojamiento, hay una serie de condiciones, las que según denunció, ninguna es acatada por la joven: no se permite ningún elemento que no estuviera dentro de los no permitidos por el Servicio Penitenciario, entre los que se mencionó el consumo de estupefacientes, y una regla de oro, que tiene que ver con la limpieza del lugar, algo "fundamental en la convivencia" donde se alojan hasta siete mujeres en un espacio reducido.
"Y esos eran los problemas con Nahir Galarza, sobre todo, las condiciones de higiene. Porque, evidentemente, ella tenía la suerte en la casa que le realizaran todas las tareas, y acá no quería hacer nada, siendo que hay un día que tenemos que desinfectar el baño, limpiar el piso, y ese punto era el que ella no quería hacer, no quería limpiar el pabellón", rememoró Bordeira.
"No somos empleadas de Galarza, porque ella quería que nosotras limpiemos, y ella no lo hacía", remarcó en una entrevista con Radio Mediterránea.
Respecto del incidente que fuera denunciado por Galarza como una situación de abuso, Bordeira rememoró que la joven tenía la costumbre de permanecer hasta tres horas en el interior del baño. "Ella decía que como no estaba en las reglas de convivencia, se podía estar todo el tiempo en el baño. Ese era otro de sus caprichos", aseguró, al tiempo que aclaró: "Había que pedirle a la guardia para que la retire".
"Ese día, Galarza ingresó al baño, estuvo por casi dos horas. Con Lescano (la madrastra de Nahiara) que hacía pocos días que había ingresado, le preguntamos si estaba bien, pero no contestaba", recordó Bordeira.
"Ese día que ella dice que Soto la miró por la rejilla del baño, no solo la miró Soto, sino que la miraron todas, menos Lescano y yo", aseguró Bordeira, al tiempo que recordó: "Romero y Soto miraron por la rejilla del baño, y estaban vestidas".
"A mi entender no se constituyó el delito de abuso, sino, que se aprovechó la condición sexual de Soto, que es de público conocimiento", valoró la ex funcionaria municipal.
En marzo, Galarza había denunciado a otra presa por haberse propasado. Pero Ludmila Soto, la policía acusada del acoso, negó el hecho y ventiló un presunto plan para acabar con la vida de Bordeira.
Es que de acuerdo a lo que refirió la ex funcionaria municipal, "todas las internas tuvieron problemas con ella, y se entrevistaron con la directora del establecimiento para manifestar el malestar que existía con el comportamiento de Galarza".
"Y lo mismo pasaba con el teléfono, porque tenía comunicaciones de una hora y media, y después, nadie más podía hablar con la familia", agregó en comunicación con el medio radial de Rosario del Tala.