Desde Red Observar, un think tank conformado por el Centro de Economía Política y el Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior, entre otras agrupaciones- también advirtieron sobre los términos del acuerdo.
A grandes rasgos, el bloque europeo eliminará aranceles para el 93% de las exportaciones que realiza el Mercosur y otorgará un trato preferencial para casi todo el 7% restante. El bloque sudamericano, en tanto, eliminará aranceles para el 90% de los productos que llegan desde el mercado europeo.
El problema –advierten desde Red Observar- es que la UE "no reconoce en ningún tramo el concepto de asimetría entre las partes".
"Pese a que quintuplica en PBI al Mercosur y más que duplicó sus exportaciones a la región en los últimos diez años, ha obtenido un sinnúmero de concesiones en materia de desgravación de bienes, reglas de origen, compras públicas, servicios y establecimiento y propiedad intelectual", alertaron.
La conclusión que hacen, es que el objetivo primordial de las potencias europeas fue el de asegurar la apertura del Mercosur para sus productos industriales, mientras que el TLC genera que la Argentina se convierta en un mero proveedor de materias primas.
En la misma línea, un reciente trabajo realizado por el Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior (ODEP), que conduce Paula Español, ya había alertado sobre los riesgos de alcanzar el libre comercio con estas potencias: en concreto, proyectan que entran en zona de riesgo 186.000 puestos de trabajo en el sector industrial por la baja de aranceles.