Bien acompañado por un ejército de 'liebres' vestido de negro hasta los últimos 500 metros, el campeón olímpico de 34 años completó los 42,195 km en 1 hora 59 minutos 40 segundos, casi dos minutos menos que su récord del mundo (2 h 01 min 39 seg), fijado en unas condiciones homologadas en Berlín el año pasado.
En la capital austríaca, Kipchoge recorrió algo más de cuatro veces un circuito llano de 9,9 km. Sin embargo el record no será oficial. "Me siento bien, mi objetivo era hacer historia. Lo intenté y soy el hombre más feliz en correr por debajo de las dos horas para inspirar a mucha gente, para decirle a la gente que ningún ser humano tiene límites", dijo el atleta al micrófono de los organizadores tras su hazaña.
"Estaba muy cómodo desde los primeros kilómetros. Me entrené para esto durante cuatro meses y medio e interioricé en mi corazón y en mi cabeza que correría el maratón en menos de dos horas", añadió.
"Los récords están hechos para ser batidos, así que otro intentará hacerlo, pero se ha hecho historia, es increíble", le felicitó su entrenador, Patrick Sang. El desafío no se libró de las críticas, al ser considerado por algunos como un evento más mediático y comercial que deportivo.
La patrocinadora de la prueba es la multinacional petroquímica británica Ineos, cuyo propietario es el multimillonario británico Jim Ratcliffe, que en los últimos meses hizo del deporte su nuevo campo de inversión.
Solo las cámaras del organizador estaban autorizadas a filmar la carrera, presenciada por numerosos espectadores, incluido el cuatro veces ganador del Tour de Francia y líder del equipo ciclista Ineos Chris Froome.
¿Pero por qué el récord no es legal?
1) Es una carrera no oficial que no fue organizada ni controlada por la IAAF.
2) No hubo al menos tres competidores que busquen la victoria en la prueba.
3) El recorrido no fue certificado ni medido por un organismo oficial.
4) No hubo control antidopaje.
5) Estuvo acompañado de un coche que le marcaba el ritmo, además de liebres que entraban y salían de forma rotatoria. De esta forma entraban descansadas.
Como si fuera un presidente saliendo a correr rodeado por sus guardaespaldas, la superestrella keniana (1,67 m, 52 kg) se benefició de un ritmo regular en torno a los 2 minutos 50 segundos por kilómetro, asegurado por las liebres que se relevaron por grupos de siete a su alrededor cada 5 kilómetros. Un vehículo por delante de ellos les marcaba el ritmo.
Era la segunda vez que el keniano intentaba el reto en unas condiciones de este tipo. En el circuito de Monza (Italia), en mayo de 2017, Kipchoge se quedó a 25 segundos de bajar de las dos horas, en un evento similar organizado por patrocinadores.
En Kenia, en la localidad de Eldoret (oeste) donde vive la familia Kipchoge, más de mil personas vieron su hazaña en una pantalla gigante.
El atleta es uno de los más grandes corredores de todos los tiempos, presentado en sociedad con su victoria en los 5.000 m en los Mundiales de París en 2003. Vencedor del maratón de los JO de Rio-2016, Kipchoge apenas fue derrotado en esta distancia desde 2013.
Fuente: El Once