El Registro Unico de Violencia contra las Mujeres (Ruvim) relevó que hubo 9.930 situaciones de violencia machista, en Santa Fe, en el primer cuatrimestre de 2019. En total, se contabilizaron 5.294 víctimas. Es que hay personas que denunciaron más de un episodio o diferentes tipos de violencia en un mismo suceso.
Los nuevos datos dan cuenta de un incremento de situaciones, ya que en el mismo período de 2018, se registraron 6.770 hechos, de 4.486 denunciantes. "Son quienes llevan las marcas de las violencias patriarcales", expresa el informe que se dio a conocer ayer junto con el Instituto Provincial de Estadística y Censo (IPEC). La violencia psicológica está a la cabeza; aunque los casos de violencia física siguen vigentes.
El informe que elabora datos a partir de aportes de áreas del gobierno provincial, el Poder Judicial, gobiernos municipales y comunales, y organizaciones sociales que conforman la Mesa de Trabajo Ruvim, fue presentado ayer por la subsecretaria de Políticas de Género de la provincia, Gabriela Sosa, junto a Jorge Moore, titular del IPEC; el ministro de Desarrollo Social y el gobernador Miguel Lifschitz.
Entre los datos, se indica que las víctimas que más aparecen (24% de los casos) son aquellas -"mujeres y personas autopercibidas como mujer"- que tienen entre 20 y 29 años. En tanto, las de 0 a 9 y de 30 a 39, se ven en un 21 por ciento de los hechos. "Es importante poder identificar el crecimiento sostenido de la franja etaria de niñas, que está siempre expuesta a mayores niveles de vulnerabilidad", expresaron.
Las parejas, exparejas siguen siendo los agresores más comunes, con el 42 por ciento de los casos; mientras que los no familiares aparecen en un 29 por ciento de los sucesos.
El dato que va en aumento, en comparación con el informe del año pasado, es que las personas violentadas identificaron y denunciaron casos de violencia psicológica, en un 58 por ciento de los casos. "Creemos que desde las organizaciones y el Estado se les dio visibilidad a los diferentes tipos de violencia que registra la ley. Ello colabora con que las mujeres puedan identificarse con esas situaciones. Por otro lado, la capacitación de quienes toman el registro también tiene que ver, cuando se escucha la denuncia", dijo Sosa, en relación a una mayor posibilidad de identificar las violencias.
Al mismo tiempo, consideró que "quizás también buscan protegerse de situaciones más graves, entonces se acercan al Estado sin que se haya manifestado la violencia física. Antes la vergüenza impedía que se denuncien violencias psicológicas y recién se recurría cuando aparecía la física".
Sin embargo, la violencia física no baja: el 38 por ciento de las situaciones registradas tiene que ver con este tipo específico. Al mismo tiempo, el 32 por ciento de las víctimas denunció al menos dos tipos de violencia en un mismo suceso. También se detectaron casos de violencia sexual (12%), económica (5%) y simbólica (3%).
A modo de conclusión, se indicó que el registro apunta a "deconstruir las violencias del poder patriarcal, lo instituido, lo instituyente, lo normalizado y complicidades violentas, es una tarea que necesita de un movimiento colectivo para aportar a las luchas que viene sosteniendo el movimiento de mujeres", indica el informe.
Sosa sumó: "Todavía falta un tiempo para que se fortalezca el Ruvim y poder efectivamente comparar si estamos ante una mayor cantidad de situaciones o si se ha visibilizado la problemática de la violencia como un problema social que debe resolver el Estado. Hoy me inclino más por la última cuestión". En ese sentido, apuntó a que la próxima gestión de gobierno provincial continúe con el trabajo en ese sentido.
Lifschitz valoró que Ruvim "es una lupa puesta sobre la realidad, que no existía hace 10 o 15 años. Muchas organizaciones y el movimiento de mujeres vienen trabajando activamente para generar conciencia sobre esta problemática y el Estado asume su responsabilidad y la necesidad de generar políticas activas".
Datos
Fuente: Página 12