Comenzamos a transcurrir 2020 con dos casos de resonancia mediática, por la gravedad de los mismos. No sé puede separar uno de otro en los tiempos que vivimos. No sé los puede tomar como algo aislado que sucedió sin razones. Hay que ser autocrítico, responsables y trabajar para cambiar esta triste realidad que atravesamos como sociedad totalmente disgregada, sin valores, enfrentados, con los vínculos familiares rotos y un muy alto grado de violencia verbal y física cotidiana.

"La vida no vale nada" escuche decir por un interno en un pabellón de la cárcel de Las Flores mientras iba recorriendo esos fríos pasillos repartiendo los listados de los jugadores que tenían que salir a entrenar rugby.

Me detuve y le pregunte "¿por qué crees eso?".

"Profe, usted sabe más que nadie como vivimos acá, también sabe cómo vivimos afuera, de dónde venimos y hacia dónde vamos", me respondió y me llevó a una reflexión mucho más profunda e integral. Y es ahí que terminé de asegurar que un nene pobre o indigente está naciendo condenado a recorrer un camino sin futuro, en donde las posibilidades de formarse y prepararse para lo que le va a tocar vivir son prácticamente nulas.

Es muy triste y a la vez indignante ver cómo un nene de 10 años esta fumando marihuana o tomando alcohol en una plaza deslucida o en esos playones muertos que tenemos en nuestra amada Santa Fe. Sí, ese nene que va a la escuela a las 7.30  sólo porque ahí puede desayunar y se queda hasta el medio día porque almuerza en la misma en vez de su hogar (¿se le puede llamar hogar?? a un lugar donde quizá no tienen para comer, son golpeados, obligados a salir a mendigar y en muchos casos testigos de violencia familiar o víctimas). En muchos casos esas son sus dos comidas diarias y las noches y fines de semana quedan a la merced de lo que se pueda.

Es hora de hacernos responsables como sociedad, es hora de dejar de mirar hacia los costados y ser protagonistas de un cambio cultural, porque estamos convencidos que por ese lado viene la solución.

¿Es fácil? Claro que no, más sabiendo que llevará años y años sin ver los frutos. Pero ese nene que hoy se lo eduque en base a conocimientos, deporte, cultura y oficios, ese nene que hoy tiene 5 años, en 15 años seguramente no lo veamos en la cárcel y este estudiando o trabajando dignamente llevando un "proyecto de vida".

Proponemos desde nuestra institución "Proyecto  Deporte Solidario", una ley de contención e igualdad infantil.

¿Y qué es esto? Claramente no es estar 12 horas en una escuela, prestando atención a un pizarrón, porque la realidad es que nadie puede estar 12 horas prestando atención.

Proponemos un mejoramiento integral del sistema, integrar los clubes de barrio previo mejoramiento, ya que hoy están destruidos ediliciamente y sin actividades deportivas. Sí, suena ilógico pero los clubes de barrio hoy no pueden sostener actividades por los altos costos, en muchos casos cerrados por corte de luz, agua y gas.

Proponemos que ese nene que entra a las 7.30 de la mañana y recibe el programa escolar, almuerce y luego pase al club más cercano de la escuela, se le haga hacer la tarea, estudiar, realizar deporte cumpliendo todas sus reglas, talleres culturas entre los que exista la lectura, la reflexión, y según su edad, enseñar oficios para ir presentando los para que cuando estén en edad de trabajar, ya tengan una herramienta para poder salir en busca de su futuro.

Son los 4 pilares para un cambio cultural. "DEPORTE, CULTURA, EDUCACIÓN Y OFICIO".

¿Por qué esta introducción para hablar del caso Brian Fernández o Fernando Baez Sosa?. Porque claramente no son hechos aislados de esta sociedad en la que vivimos.

También hay que analizar por qué ocurren estos hechos de violencia en chicos que han tenido otro tipo de contención, otra educación y claramente otras oportunidades, como es el caso de los asesinos de Fernando en Villa Gesell. Porque hasta acá hablé del cordón social del que seguramente pertenece Brian Fernández, un pibe de barrio, de procedencia humilde, que de un día para otro se encontró con una suma desproporcionada de plata solo por pegarle bien a una pelota de futbol.

¿Estaba preparado para esto? Claramente no.

¿La solución es aislarlo del grupo y de su trabajo? Todo lo contrario. Hay que hacerse cargo como institución pero sobre todo como seres humanos, y darle el apoyo necesario desde adentro, desde el grupo.

Ningún ser humano se salva solo, eso está claro. Entonces es acá donde el grupo humano, en este caso el plantel y la institución en su conjunto, donde deben apoyar a esa persona que está padeciendo la enfermedad. Un adicto necesita estar contenido, ser escuchado y tener actividades constantes que le hagan ver otro camino.

Ahora, el grupo de asesinos de Villa Gesel, seguramente recibieron todo lo que nombramos que carece el niño indigente. Entonces, ¿por qué fallamos como sociedad?

En este caso, hay que analizar la responsabilidad de la crianza, seguramente en un hogar en donde no les faltó nada material al menos, escuelas privadas y un club en donde hacer actividades.

Y por qué lo traigo al tema, siendo yo un rugbier de toda la vida que desde muy chico práctico hasta el año pasado con 40 años rugby y jugando, que participé de un seleccionado nacional, que entreno a una división de rugby infantil en mi club en donde juega mi nene y que cree ya hace 5 años rugby en la cárcel de Las Flores y la de Coronda. Porque no hay que esconder el caso, al contrario, hay que hablarlo y dar la opinión, porque claramente ni el rugby ni "NINGUN DEPORTE MATA", por el contrario, son un puente para transmitir valores y contener a un niño hasta la adultez.

En el caso puntual del rugby, un deporte lleno de reglas y que se cumplen a rasga tabla, es decir, el árbitro siempre tiene la razón, de las primeras enseñanzas que nos dan, es un juego de mucho contacto físico pero en el que un jugador no puede reaccionar en lo más mínimo fuera de las reglas, va forjando el carácter a una persona que quizá tiene una tendencia violenta, al contrario de lo que se viene hablando, da control, templanza y mucha paciencia.

Por ejemplo, en la cárcel de Las Flores, unidad penitenciaria  número 2 de la provincia de Santa Fe, es la única cárcel del país en donde se logró sacar a internos de todos los pabellones juntos, sí, más de 80 internos practican rugby todos juntos, sin guardiacárceles, impensado desde la mirada del Servicio Penitenciario y gran parte de la sociedad. Y esto se pudo lograr usando al rugby como puente para que se sientan parte de un grupo y convivan en comunión esas tres horas que salen a jugar. Uno puede ver cómo se golpean internos, siempre dentro de las reglas del rugby que se les fue enseñando,  ver personas que en la calle, por mucho menos eran capaz de matar y ahora mantiene una conducta y un control admirable.

Entonces, ¿el rugby o el deporte mata o es la sociedad destruida, carente de valores, en donde la familia fue perdiendo el protagonismo educador y guía de los hijos, en la que hoy nos toca vivir?

Y claramente hay una relación directa entre Brian Fernández y Fernando Baez Sosa, uno de origen muy humilde y el otro, asesinado por jóvenes de clase media teóricamente educados bajo la contención familiar.

Entonces, el problema pasa por la ruptura social, el valor de la vida, las adicciones que llevan a un camino oscuro sin salida.

Ahora, ¿tenemos solución como sociedad o miramos para otro lado y que sigan sucediendo cada día más muertes, más pibes presos, más casos de adicciones?. Desde nuestra institución, Proyecto Deporte Solidario, como lo conté, proponemos un cambio basado en los 4 pilares fundamentales: EDUCACION, DEPORTE, CULTURA Y OFICIO.

Tiene que aparecer el rol del Estado en conjunto con los demás actores de la sociedad y trabajar para llevarlo adelante. Difícil de que lo lleven adelante los gobiernos de turno porque un cambio cultural, que es lo que necesitamos, basados en esos 4 pilares lleva 15 o 20 años y el gobernante que lo empieza quizás no vea ese fruto en su gestión, pero sus hijos y sus nietos seguramente si.

*Emiliano Dalla Fontana. Fundador Proyecto Deporte Solidario. Ex seleccionado nacional de Rugby.