Boca se acostumbró a ganar. Y cuando un equipo logra eso, aún cuando tal vez desde el juego no brilla como en otros juegos, por decantación encuentra los recursos necesarios para marcar la diferencia, sumar otra vez de a tres, y tomar más distancia sobre sus seguidores.
No la tenía fácil en su visita a Patronato , en Paraná. A la ya sabida ausencia deEdwin Cardona (expulsado frente a Chacarita), durante el breve receso que tuvo la Superliga por la última doble fecha de Eliminatorias, el líder perdió a dos bastiones de su columna vertebral: primero Fernando Gago (rotura del ligamento cruzado anterior, lateral medial y menisco externo de la rodilla derecha) y luego Paolo Goltz (distensión en el pectíneo derecho).
Frente a ese panorama, los Mellizos Barros Schelotto sabían de antemano que la generación del juego ofensivo recaería en los pies de Pablo Pérez , quien además de "jugar de Gago" también heredó la cinta de capitán hasta que vuelva el Nº 5. Lo del Nº 8 fue bueno, pero extrañó demasiado a Pintita y al colombiano.
Le costó al puntero del campeonato calentar los motores en Paraná. Y no sólo por el insólito retraso de 18 minutos que tuvo el inicio del encuentro como consecuencia de un colchón de papelitos que anegó un sector del campo (y que quitaron con dos rastrillos plásticos).
En la primera media hora faltó más conexión entre los protagonistas del equipo azul y oro. Al despliegue de Nández le faltaba pausa, y Espinoza tardó en integrarse al juego asociado de Pavón y Benedetto . De todos modos, la más clara, aún sin haber llegado a generar peligro en el arco local, llegó de una acción que tuvo a los tres como protagonistas.
Y fue de la dupla letal que tiene el conjunto azul y oro que llegó la apertura del marcador. Cuando se jugaban cinco minutos de la etapa final, Benedetto, desde tres cuartos de cancha, le puso un pase perfecto con la parte externa de su botín derecho a Pavón. El Nº 7 la dominó de primera, y desde el suelo, desacomodado por el defensor rival, Kichán llegó a puntearla ante la sorpresa del arquero Bértoli. Poco después, a los 35, fue el Nº 9 el que sentenció el resultado, luego de la enésima expedición exitosa al ataque de Frank Fabra, de gran partido.
Con el resultado a favor, Boca se paró mejor en la cancha. Sin embargo, estuvo lejos de su mejor versión y extrañó a los ausentes. Aunque algo similar ya le había ocurrido en la fecha anterior, durante el deslucido 1 a 0 frente a Chacarita, con todos sus habituales titulares. Como si el campeón vigente hubiera perdido su poder de fuego (había marcado 12 goles en las primeras cuatro fechas y sólo un par en las últimas dos). Sin embargo, supo resolver esos dos compromisos y sigue sin ceder puntos.
Santiago Vergini jugó su propio partido. El ex Newell's volvió a ser titular después cinco meses, cuando jugó un partido flojísimo ante River en la Bombonera y fue señalado como uno de los responsables de la derrota superclásica. Sin brillar, el zaguero cumplió, dejando en evidencia una vez más que fue Wilmar Barrios el que resolvió buena parte de los problemas defensivos que exhibió Boca durante el último tramo del campeonato anterior.
El colombiano volvió a lucirse: conectó con precisión el 95 por ciento de los pases y apenas cometió una falta. Casi perfecto.
Los Mellizos viajaron a Paraná con otro desafío: sumar el sexto triunfo consecutivo para establecer el mejor arranque histórico del club, hasta aquí en poder de Alfio Basile, quien en el Apertura 2006 había comenzado con victorias encadenadas a Banfield (3-0), Central (2-1 en Rosario), Independiente (1-0), San Lorenzo (7-1 en el Bajo Flores) y Estudiantes (2-0), antes del 0-0 frente a Godoy Cruz, ya con Lavolpe en la dirección técnica y el Coco en el seleccionado argentino. Y lo logró: el Boca de los Barros Schelotto encadenó victorias frente a Olimpo (3-0), Lanús (1-0), Godoy Cruz (4-1), Vélez (4-0), Chacarita (1-0) y anoche.
Este conjunto de la Ribera parece listo para desafiar y reescribir los libros de historia. Además de este comienzo demoledor, es líder del torneo argentino desde hace 10 meses (más precisamente desde que el 11 de diciembre último le ganó a River 4 a 2 en el Monumenal). Y no sólo eso: con su victoria en Paraná, amplió a 14 meses y 17 partidos su invicto como visitante, desde que cayera frente a Lanús en la primera fecha del campeonato anterior.
Como consecuencia de expulsiones (Cardona) o de lesiones imprevistas (Gago y Goltz), Boca no pudo repetir su equipo de memoria por primera vez en el torneo. Pero a pesar de los imponderables, gana, gana y gana, y nada parece detener su ritmo arrollador.
Fuente: La Nación