"Rubble", considerado hasta ahora el gato más viejo del mundo, murió a sus 31 años de larga vida, es decir a los 150 años humanos, aproximadamente.
Según informó su dueña, Michele Heritage, de 51 años, "Rubble" no padecía de ninguna enfermedad y gozaba de buena salud. Sin embargo, si notó que el animal estaba más delgado de lo normal, por lo que atribuye su muerte a la vejez.
Michele también contó que desde que le regalaron a "Rubble" se convirtieron en amigos inseparables. De hecho, la mujer considera que vivió tantos años gracias a los cuidados que recibió, pues ella nunca tuvo hijos, y siempre lo mimó y lo cuido de manera muy especial.
El gato, perteneciente a la raza Maine Coon que se caracteriza por su particular esponjosidad, se convirtió en el gato más viejo del mundo en 2019 cuando llegó a su cumpleaños número 31.