Estados Unidos se convirtió este miércoles en el único país con más de 3 millones de contagios de coronavirus tras superar por primera vez los 60.000 en un día, mientras el presidente Donald Trump continúa defendiendo su criticada gestión de la crisis, discrepando con los epidemiólogos de su Gobierno e insistiendo en relanzar actividades, incluyendo las clases.
Pese a que el país atraviesa el mayor repunte de casos de coronavirus en dos meses, Trump ha dicho que la mayoría de los nuevos contagios son "inofensivos" y ha exagerado el alcance de una caída en la tasa de la mortalidad de la enfermedad en Estados Unidos, asegurando falsamente que es la menor del mundo.
Desde el principio del brote nacional, que es lejos el peor del planeta, con más de 131.500 muertes, el presidente republicano ha minimizado la gravedad de la enfermedad, se negó a hacer obligatorio el uso del barbijo a nivel nacional y se ha resistido a usarlo en público, además de oponerse a las cuarentenas decretadas en algunos estados en el pico de los contagios.
Trump apura el regreso a clases
Con el país ante una casi segura recesión antes de las elecciones de noviembre, en las que busca su reelección, Trump, decidido a reabrir la economía a como dé lugar, amenazó hoy con recortar fondos a las escuelas públicas que no reabran, luego de exigir ayer a los colegios que vuelvan a dar clases desde septiembre, cuando empieza el ciclo lectivo en Estados Unidos.
Sindicatos docentes, padres de alumnos y autoridades de Educación de estados republicanos, como Texas, rechazaron la intención del presidente, pero Florida, que es uno de los estados más golpeados por el actual repunte, decretó la obligatoriedad de la reapertura de las escuelas desde septiembre.
Para reabrir las escuelas, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos ha recomendado desinfecciones, tapabocas, alternar clases presenciales con clases online, dividir los cursos en dos, contratar personal de reserva, modificar la disposición de los pupitres para mantener el distanciamiento, poner barreras físicas y cerrar espacios comunes.
En un tuit, el presidente dijo que las estas recomendaciones del CDC son "muy duras y caras" y agregó que podría "recortar fondos" a los colegios que no reabran, aunque el grueso de la financiación de las escuelas públicas corre por cuenta de los gobiernos estatales o locales.
Más tarde, en conferencia de prensa, el vicepresidente Mike Pence dijo que el CDC elaborará una nueva lista de recomendaciones para abrir las escuelas que será publicada la semana próxima.
Pence dijo que era tiempo de que los chicos volvieran a las aulas y dijo que el Gobierno será "muy respetuoso" de aquellos estados o localidades que no puedan reabrir sus escuelas.
Agregó que el Gobierno enviará personal médico adicional a los estados con repuntes de casos.
En la misma conferencia de prensa, la doctora Deborah Birx, una de las principales asesoras del Gobierno ante la crisis, dijo que aquellos estados con repuntes de contagios deberían volver a la fase uno de confinamiento casi total en las casas.
Birx agregó no obstante que veía tendencias "alentadoras" en la evolución de los brotes en Arizona, Florida y Texas, tres de los estados más afectados por el repunte, luego de un aplanamiento de la curva de contagios en los últimos siete días, informó CNN.
Panorama sanitario
Trump hizo su exhortación a abrir las escuelas ayer desde la Casa Blanca tras reunirse con docentes, estudiantes y padres de alumnos, el mismo día en que su país registró 60.021 nuevos casos de coronavirus, su mayor número de contagios diario y la primera vez que supera los 60.000 casos en una sola jornada, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins.
Con las nuevas infecciones reportadas hoy, entre ellas 9.989 solo en Florida, la cifra total de casos en el país se situaba ya en al menos 3.009.611, más de un cuarto del total mundial de más de 11 millones, según Johns Hopkins.
Otras 1.195 personas murieron por coronavirus ayer, con lo que el total se elevó a 131.521 luego de superar hace dos días los 130.000, siempre de acuerdo a los datos de Johns Hopkins.
Más de una veintena de los 50 estados del país han tenido que poner freno a sus reaperturas o dar marcha atrás con ellas, y en algunos se impusieron restricciones no vistas ni siquiera en el pico inicial del brote hace dos meses, como el uso de tapabocas.
Sin embargo, Trump dijo ayer que que no estaba de acuerdo con el principal epidemiólogo del Gobierno, el doctor Anthony Fauci, y que Estados Unidos estaba en un "buen lugar" ante la pandemia.
Horas antes, Fauci había alertado contra caer en la "falsa confianza" de destacar la caída de la tasa de mortalidad por coronavirus en Estados Unidos, que es precisamente lo que ha estado haciendo el presidente desde el fin de semana.
Fauci advirtió que el país aún se encuentra en su primera ola de contagios y agregó que consolarse con una tasa de mortalidad más baja es "falsa narrativa".
Ayer, coronando otra polémica decisión de Trump, Estados Unidos formalizó su retirada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU al notificar al Congreso la medida.
Trump ha acusado a la OMS de estar dominada por China, el país donde se originó la pandemia, y de haber sido responsable de la propagación de la enfermedad al no alertar sobre ella a tiempo.