Con la falta de recursos destinados a la seguridad pública, el año pasado el país registró el mayor número de muertes violentas en su historia: 61.619 homicidios, o siete asesinatos por cada hora, según datos revelados ayer en el Anuario Brasilero de Seguridad Pública.
"Es como si Brasil sufriese un ataque de bomba atómica cada año. Son datos impresionantes que refuerzan la necesidad de cambios urgentes en la manera en que desarrollamos las políticas de seguridad pública.
No es posible aceptar que la sociedad conviva con ese nivel de violencia letal", señaló a la prensa Renato Sergio de Lima, director-presidente del Foro Brasileño de Seguridad Pública, encargado del informe.
Los últimos datos apuntan que hubo un crecimiento del 3,8% en relación con las muertes violentas de 2015 y que ahora Brasil se ubica con una tasa de homicidios de 29,9 por cada 100.000 habitantes.