Colón perdió este sábado en Santa Fe 2 a 0 frente a Gimnasia de la Plata, por la fecha 1 del Grupo B de la Copa Diego Maradona. El Sabalero jugó el peor partido de la nueva era de Domínguez y es la segunda vez que cae en el torneo, ya que había perdido contra Independiente también 2 a 1 el pasado 28 de noviembre aunque ya estaba clasificado para pasar de ronda.

Los goles del encuentro fueron convertidos por Weingandt a los 29 minutos del primer tiempo tras un error del arquero Burián que dio rebote tras un tiro libre y la pelota le quedó servida al jugador de Gimnasia para sellar el gol.

En el comienzo del segundo tiempo Contín, aprovechó una desinteligencia entre Bianchi y Burián, y aumentó la ventaja para el Lobo. 

Colón le posibilitó todo lo que se propuso el equipo de la dupla Mariano Messera-Leandro Martini, que asumieron tras el fallecimiento de Maradona y la renuncia de Sebastián Méndez.

Gimnasia desnudó todas las falencias del Sabalero, que, como equipo, cometió demasiados errores juntos en un solo partido. Defensivamente dio todas las ventajas y ofensivamente no existió. El conjunto que supo dirigir Diego Maradona no solo lució mejor sino que supo aprovechar los errores del adversario y el desánimo, especialmente en el segundo tiempo, cuando todo lo que intentó el rojinegro local fue pobre. El Lobo aprovechó dos errores puntuales (una floja respuesta del arquero Burián tras un tiro libre de Ayala y una muy lenta cobertura de Bruno Bianchi tras un pelotazo frontal) y así consiguió los goles de Marcelo Weighandt y Leandro Contín, respectivamente.

Gimnasia fue más desde el comienzo. Sus volantes tuvieron mayor dinámica, especialmente Mancilla y Aleman, para buscar a Nicolás Contín, que inquietó mucho más de lo esperado por los defensores locales. Colón no tuvo la pelota y pasó de la preocupación a la desilusión. Sin poder controlar los movimientos de su rival, se fue confundiendo. Gimnasia hizo lo que el sabalero no esperaba: marcó y salió rápido.

Allí comenzaron los problemas del local, especialmente porque Chancalay estuvo impreciso para el armado ofensivo. Precisamente, un error suyo derivó en una falta de Bruno Bianchi, el posterior error de Burián y el gol -el primero en primera división- de Marcelo Weigandt.