El bioquímico que fue detenido como presunto autor intelectual del crimen de Hugo Oldani, y que después fue puesto en libertad tras una rueda de reconocimiento que dio resultado negativo, contó su experiencia por LT9 y reafirmó su inocencia.

Se trata de Alfredo Sadonio, quien en diciembre último fue apresado en un operativo en su domicilio y alojado en la cárcel de Las Flores por diez días hasta que un imputado que declaró como arrepentido en la causa dijo que no lo conocía en la rueda de reconocimiento.

"La causa Oldani empezó para mi el 29 de diciembre. Fue algo dantesco, cinematográfico. Decenas de policías con pasamontañas, cascos, armas largas y chalecos llegaron a mi casa. Me pidieron que me identifique, me colocaron las esposas y me metieron 'de prepo' dentro de la farmacia", relató el bioquímico en diálogo con Carina Bolatti en Dame Radio.

El hombre dijo que su mujer es farmacéutica desde hace 33 años y hace 26 que están en la dirección donde está la farmacia, donde además viven.

"Mis hijos preguntaba qué pasaba, no nos decían nada. Fue una situación de aturdimiento. Creíamos que se habían equivocado de persona o de lugar. Pero después de un rato nos dijeron que era una orden de allanamiento y detención librada por el juez Busaniche. Ahí comenzó un calvario", recordó.

Según había informado su abogado defensor Martín Durando, Sadonio fue involucrado en la investigación a partir de la declaración de un imputado que habló de una farmacia y señaló a un "farmacéutico" que tendría contacto con la banda, a la que le habría dado "información sustancial y decisiva para la ejecución de los ilícitos" en una reunión que tuvo lugar en un local del macrocentro la mañana de ese 11 de febrero.

"Nos fuimos enterando que la imputación se fundamentaba en tres patas: la interpretación de la Fiscalía de las declaraciones de un supuesto arrepentido y que entre otras cosas menciona que esa mañana fueron a una farmacia de Belgrano tres cuadras hacia el norte de Bulevar. Pero la farmacia de mi esposa está en diagonal España, Belgrano pasa por detrás, ocupa toda la ochava, y no está a tres cuadras de Bulevar. Una declaración inconsistente, no se tomaron la molestia de hacer un recorrido", explicó.

El segundo aspecto fue la información aportada que del local salió un farmacéutico al que describieron como "un muchacho morrudito, petizo y morochito" con el que tuvieron contacto. "Yo soy una persona mayor, en estos días cumplo 60 años. Alguien de 20 años no me vería como un muchacho, sino más bien como un viejo, soy canoso, tengo lentes. Además de no ser farmacéutico, no me visto como farmacéutico ni me hago pasar por uno. Siempre aclaro que soy bioquímico", aseguró.

El tercer elemento está relacionado a un supuesto cruce de llamadas. "El fiscal dice que hay entre 600 y 650 llamadas entre un número de teléfono a nombre de mi esposa y otro a nombre de la madre de otra persona que detienen ese mismo día (identificado con las siglas  AFK de 29 años). Pero cuando se le pide al fiscal esos elementos, primero titubea, dice que ya van a estar, pero luego se perdieron", señaló.

"Es decir que de esos tres elementos por los cuales se me allanaron e imputaron, no coincide la descripción de la farmacia, tampoco de la persona y no están las llamadas. No obstante, dije que ese día (martes 11 de febrero de 2020) estaba en Ataliva, donde trabajo hace 34 años", indicó.

"Vinieron personas de Ataliva a declarar, con análisis, firmas y sellos. La Comuna puso a disposición una trafic. Se le fue a tomar declaración a otros pacientes que también se habían atendido conmigo ese día. Pero como se empecinaron solicitaron una ronda de reconocimiento con este imputado que declaró, y en la ronda señaló a otra persona", expresó Sadonio.

Además denunció que el día del operativo, al que calificó como un "saqueo" se llevaron todas las computadoras familiares, la del trabajo de su esposa, e incluso la de su hijo estudiante y la de su hija médica. También dijo que la policía se llevaron hasta ahorros familiares. "Fue realmente un saqueo y todavía no nos devuelven las herramientas de trabajo", afirmó.

"En una de las audiencias dije que a nadie le guardaba rencor. Cada uno deberá rendir cuentas ante Dios, y al fiscal le deseé que realmente llegue a la verdad y descubra quién es el verdadero culpable que seguramente existe. Pero lamentablemente han perdido tiempo conmigo, han desperdiciando recursos públicos, han dejado una causa sin resolver y están desprestigiando a la institución. Y la vedad es que como ciudadano siento pánico porque con poco o ningún argumento cualquier ciudadano puede ser privado de la libertad con total impunidad. Ahora tengo que pagar abogados y un perito para demostrar mi inocencia", concluyó.

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