El 24 de noviembre de 2016, luego de una aprobación parlamentaria que superó el revés incial del triunfo del No en el plebiscito del 2 de octubre, el presidente Juan Manuel Santos alcanzó la gloria de poder firmar la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de colombia (FARC), un proceso por el que recibió el Premio Nobel de la Paz y que corrió el telón a una guerra interna de más de medio siglo.
Sin embargo, y tal como el propio Santos había supuesto, convertir en hechos la letra del acuerdo comenzó a originar diferencias que desalentaron a los guerrilleros desmovilizados y llenó de incertidumbre la escena política, en la que -además- cada sector hace su juego para sacar el mayor rédito posible, tanto desde la aprobación o el rechazo al acuerdo, de cara a las elecciones presidenciales con fecha el 27 de mayo de 2018.
Santos intentó evitar que la crisis se profundice y acordó una reunión justamente para este viernes con el ahora candidato presidencial Rodrigo Londoño, quien bajo el alias de Timochenko fue el último jefe de la exguerrilla y ahora lidera el nuevo aprtido político con el que el grupo se expresa en la vida civil y política: la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).