El pasado sábado miles de personas protestaron contra las restricciones y los nuevos requisitos dispuestos por el gobierno francés. Todo comenzó cuando extendió el ‘pass sanitario’, una especie de certificado que indica que estás vacunado o libre de Covid-19 y permite el ingreso a lugares como restaurantes, bares, hospitales, transporte público, museos, entre otros.
Pero otro foco en cuestión es la obligatoriedad de que todo el personal de salud se vacune. Si no sucede eso el gobierno los multará y por tiempo indeterminado no podrán ejercer la profesión.
"Liberté", "Macron dictateur" fueron algunas de las frases que se destacaron en las pancartas de la marcha, reportaron las agencias informativas del mundo citadas por Noticias Argentinas.
"Hay mucho debate sobre todo con el pase sanitario. Hay diferentes posiciones, una muy minoritaria que está en contra de la vacunación; y otra, que se plantea una serie de preguntas para que se den explicaciones desde el Gobierno. No han querido aplicar la obligación de la vacunación, pero con el pase es una obligación encubierta", sostuvo por LT9 Dora Bonelli, una entrerriana afincada en París hace 40 años, cuando se exilió por la dictadura cívico-militar precisamente en 1981.
El debate principal gira sobre las presuntas categorías de ciudadanos que se crean con la vacunación: la de vacunado/no vacunado, lo que es fuertemente señalado por los sectores más críticos. "Francia por su historia tiene una cuestión muy fuerte con la igualdad. Entonces dicen que va a haber una discriminación con aquellos que no estén inoculados porque no van a poder ir a ciertos lugares de afluencia pública. Lo mismo con las profesiones de salud, que ya viene desde largo tiempo, donde tampoco hay obligatoriedad. Hay una parte de la gente, tampoco mayoritaria, que tampoco quiere vacunarse".
"Hay que resalar que desde el principio de la pandemia las personas acataron en su gran mayoría. En este país era novedoso tener que salir con un permiso, con la identidad, la dirección, por qué salíamos, y la hora en la que la hacíamos. En un primer momento la gente acató en un 99%, el problema vino meses después porque la estrategia del gobierno fue parar todo y luego abrir", describió sobre la situación francesa, no muy distante a lo ocurrido en la Argentina.
En el país galo también se anunciaron más controles fronterizos, pero se permitirá el ingreso de cualquier persona vacunada al país. Esta decisión se produjo luego de que la Unión Europea permitiera solo el ingreso de personas inoculadas con AstraZeneca, producida en el Viejo Continente.
Pero con el correr de las horas Emmanuel Macron, presidente de Francia, salió al cruce contra los manifestantes que se niegan a cumplir las pautas impuestas para controlar el virus: “Estoy a favor de la línea francesa ahora mismo. Ya no tengo ninguna intención de sacrificar mi vida, mi tiempo, mi libertad y la de mis hijas, por quienes se niegan a vacunarse. Esta vez se queda usted en casa, no nosotros”, expresó con enojo.
También aseguró que estas medidas son las únicas que permitirán que el país vuelva a la normalidad luego del aumento de casos por la variante Delta. En el día de ayer Francia registró 12.532 nuevos casos y 5 fallecidos. En total hay más del 50% de la población vacunada con una dosis y más del 40% con dos dosis aplicadas.
Las marchas sucedieron en distintas ciudades como París, en donde había manifestantes de utraderecha y de la extrema izquierda. También se llevaron a cabo en Estrasburgo, en el este de Francia; en Lille, en el norte; en Montpellier en el sur y en otras regiones del país.
* Dora Bonelli se exilió en 1981 desde su Concordia natal a Francia. Primero llegó como refugiada política, escapando de la dictadura. Luego se casó con un ciudadano francés, trabajó como profesora hasta hace dos años y pasó allí el doble de lo que lo hizo en Argentina.
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