La Defensora del Público, Miriam Lewin, fue entrevistada en el programa Primera Mañana de LT9, por sus conductores Osvaldo Medina y Mariano Bravi. Lewin participó el pasado 11 de marzo junto con ENACOM e INADI de la jornada por el Día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación. En la misma se presentó el libro "Violencia digital por motivos de géneros en América Latina".

Osvaldo Medina: -Días pasados comentábamos sobre una charla que se iba a dar en torno de la violencia de género en los medios de comunicación, los mensajes sexistas, cuánto hay por aprender y sobre todo por la incidencia que tienen desde hace un tiempo a esta parte los medios de comunicación en nuestras vidas.

M.L.: - Cuántos episodios fueron motivo de reclamos de las audiencias ante la Defensoría del Público, que tiene un canal de consultas y reclamos. Nosotros no sancionamos, pero apelamos al diálogo, a la pedagogía, a la capacitación y en cada taller que damos con colegas periodistas aprendemos nosotros en la Defensoría, porque todos nos estamos deconstruyendo en esta cuestión de género. 

La violación de Palermo que generó tanto debate, los dichos de una conductora de televisión contra la marcha de las mujeres, todo esto motivó lo que ya viene sucediendo desde hace mucho tiempo, por lo menos desde que me hice cargo de la Defensoría, en pleno aislamiento, el 24 de junio de 2020, que es que los feminismos, las mujeres se apropiaron de la Defensoría como herramienta y así nos hacen llegar sus observaciones, algunas de las que nosotros hemos tomado nota y otras que suceden en zonas fuera de Buenos Aires, y que están muy atentas acerca de estos mensajes violentos, sexistas, que descalifican a la mujer, que vulneran sus derechos y de las diversidades.

O.M.: -Uno se ponía a pensar, el camino a recorrer es bastante largo. En este camino hay unos cuantos logros, por ejemplo, el terminar de decir que ha sido un crimen pasional, quizás es el primer logro que se ha alcanzado en torno de este mensaje no violento y llamar a las cosas por su nombre. No hay crimen pasional, no hay pasión que despierte un crimen, es un femicidio-

M.L.: - Yo creo que un gran punto de inflexión fue el caso Monzón (Carlos). Del caso Monzón para aquí sucedieron varias cosas, primero que a cualquier mujer le podía pasar, porque si le pasó a Alicia Muñiz le podía pasar a cualquiera. Nadie estaba exenta, cuando antes las mujeres se callaban, les daba vergüenza, era algo que ocurría adentro de la casa, cuando iban a denunciar a una comisaría no le prestaban atención y el argumento era lo denuncian pero después se arrepienten. Señora vuelva con su marido, ya se le va a pasar, fue un mal momento. Recuerdo los titulares al estilo de Al campeón se le fue la mano. 

Creo que hemos recorrido un larguísimo camino, que estamos atravesando una suerte de revolución cultural en la Argentina. Ahora estamos hablando de nuevas masculinidades para que los varones entiendan que el machismo, el patriarcado, no solamente lesiona y vulnera los derechos de las mujeres, sino que también vulnera el derecho de los varones, que se ven obligados a asumir un rol muy costoso, muy doloroso a veces. Esto de tener que hacerse cargo de la mantención de la familia exclusivamente.

O.M.: -Destruye a toda la familia, un femicidio destruye a toda la familia porque hay hijos que se quedan sin su madre, el padre por lo general va preso, también se quedan sin su padre. Es un verdadero drama, no?

M.L.: - Más allá del femicidio, cuando estamos hablando de cuáles son los roles sociales culturalmente aceptados por los varones; el varón es fuerte, es proveedor, no llora, no muestra debilidad, tiene que ser exitoso. 

La verdad que es muy costoso a título personal, es mucha exigencia, demasiada exigencia para los varones. Una sociedad más igualitaria, con nuevas masculinidades, a eso apuntamos, que el varón tome conciencia que el respetar a la mujer y considerarla una igual y aceptar los avances de la mujer no los perjudica, sino que, al contrario, los hace avanzar. 

Y en los medios, en la publicidad, en los programas de entretenimiento, en los noticieros se perpetúan algunos roles de la mujer en cuanto a vestimenta, en cuanto a apariencia física, en cuanto a rol. O la locutora de los programas de radio, con todo respeto de las compañeras locutoras, pero la locutora se supone que no debe opinar, debe solamente acompañar. En las parejas de los noticieros la mujer tiene que ser flaca, esbelta, joven; el hombre no tiene ningún requerimiento estético y siempre tiene la palabra autorizada con respecto a política y economía.

Mariano Bravi: -Y desde la positiva, lo que se puede construir desde la comunicación. Hay poca conciencia del daño que se puede hacer cuando uno comunica mal, cuando uno interpela mal, cuando uno usa estos roles equivocados que anquilosan una imagen de la mujer que no queremos, pero también ¿cómo se puede construir comunicando de otra manera? 

M.L.: - Se puede construir comunicando de otra manera, en principio, escuchando lo que dice, lo que propone la Ley de equidad de género y cupo trans en los medios de comunicación. La verdad es que las mujeres somos el 64% de las cadenas de comunicación, pero los puestos de poder y de conducción, quienes detentan el micrófono y están delante de cámara y tienen puestos de decisión en los medios son mayoritariamente varones; y no estoy hablando solamente de los medios de un signo político, sino que aparece esta desviación y mucho también en los medios progresistas. Estamos demasiado acostumbrados a que la mujer tiene un rol secundario. Cuando la mujer se planta, cuando la mujer quiere tener la voz cantante se considera una alteración del statu quo y las mujeres que discuten de política y las mujeres que discuten de economía y que disienten con sus compañeros varones son reconvenidas por sus superiores.

La Ley de equidad de género y cupo trans en los medios de comunicación no significa que la mitad de los trabajos van a ser inmediatamente habilitados para varones pero se trata de una legislación afirmativa que viene a reparar larguísimos años de injusticia. Nosotros tenemos mujeres comunicadoras que fueron maestras, pero fueron excepciones, Blackie por ejemplo, Pinky, por ejemplo, Betty Elizalde. Pero realmente los últimos estudios revelan que pese a estas maestras que hemos tenido, la conducción de los programas está casi exclusivamente en manos de varones y las mujeres siempre estamos relegadas a los temas blandos: espectáculo, moda, chimentos.

O.M.:- Algo va cambiando, uno empieza a ver muchas más mujeres y hay opiniones muy interesantes de mujeres comentaristas en el Fútbol. Si hay un ámbito machista es el fútbol y uno ve que hay mayor participación. Días pasados le comentaba a Adrián Brodsky, que ha sido relator de Fútbol para todos, la calidad de los comentarios de Ángela Lerena. Me dice – no sabés lo que estudia y se capacita-. Allí se demuestra que las mujeres necesitan el doble de esfuerzo muchas veces para llegar, digo, es un avance.

M.L.: - Sí, claro. Además, en todos los ámbitos pasa esto porque un hombre comete un error en el ámbito político y pasa, se equivocó el presidente, se equivocó el gobernador, se equivocó el diputado. Ahora una diputada llega a cometer un error y la tachan de tonta, ignorante, está ahí porque la puso el amante, está ahí porque la puso el marido. Siempre las mujeres tenemos que justificar el doble.

O.M. La saco del tema de género, pero sigo con el tema de mensajes violentos. Le voy a hacer una confesión, me cuesta ver televisión con tanto griterío, tanta violencia, ¿cuánto contribuyen los medios a profundizar la grieta que muchos políticos dicen combatir?

M.L.: - Justamente hoy en Cancillería se lanza una actividad que estamos haciendo junto a otros organismos y la Fundación Ana Frank. Tiene que ver con discursos de odio, tiene que ver con discursos violentos, porque hay una discusión acerca de que pueden generar violencia física. 

Creo que los discursos violentos, los discursos agresivos degradan el debate democrático, porque está muy bien discutir apasionadamente, está muy bien ser firme en los argumentos. Pero en general también, cuando la interlocutora en la discusión es una mujer, los argumentos que se usan son más frecuentemente aquellos que tienen que ver con la falta de preparación o cuestionan su capacidad o denigran su propuesta o la interrumpen permanentemente y esto es un fenómeno que se viene estudiando de hace poco, no sólo en la Argentina sino en todo el mundo que tiene que ver con la violencia política contra las mujeres, pero también hay violencia política contra los varones,también hay una merma en la capacidad de escucha y de diálogo y así se degrada el debate.

Entonces los medios, sobre todo las redes sociales, que habían despertado una chispita de esperanza en cuanto a ser, a tener un potencial igualador; nosotros teníamos la misma capacidad de expresarnos en este ágora, en esta plaza pública que son las redes sociales, que el presidente, que la vicepresidenta, que el gobernador, que cualquier persona, que cualquiera de nosotros como ciudadano o ciudadana podía expresar aquello que pensaba, pero las redes mostraron un costado oscuro que tiene que ver con los discursos violentos, los discursos degradantes, humillantes. 

¿Qué le pasa a una persona cuando es atacada por un ejército de trols que defiende una determinada posición, un determinado candidato? Se silencia; cuando uno es más débil en las redes y no tiene tanta potencia su voz, inmediatamente es silenciado, es expulsado del debate y la verdad es que cada vez que un ciudadano o ciudadana es silenciado del debate pierde la democracia, se pierde una voz. En la Defensoría siempre hablamos de lo importante que es la pluralidad de voces, no vivir en una cámara de eco, no vivir encerrado en una suerte de frasco de mayonesa donde todo el mundo piensa como uno. Eso es lo que favorecen los algoritmos, en las redes sociales buscamos un día una carpa o una campera o una almohada y al día siguiente nos llueven propuestas de compras y ofertas que tienen que ver con ese producto. Es decir, nuestra huella hace que siempre recibamos cosas en las que ya estábamos interesados. En cuanto a posturas políticas, siempre recibimos mensajes que están alineados con aquello que creíamos y así se empobrece nuestra dieta informativa.

M.B.: - Uno ve que este discurso del odio después tiene consecuencias prácticas como lo que le pasó a Baradel el fin de semana en Mar del Plata, donde hubo gente que intentó escracharlo, insultarlo. Es decir, se construyen ciertos demonios desde los medios y la gente a veces se cree con derecho de accionar sobre esos demonios.

M.L.:- Claramente. En esa línea podemos hablar del ataque al despacho a la vicepresidenta en el Senado, lo de Baradel, lo de Kicillof volviendo en el buquebus de Uruguay. Estos discursos promueven la construcción del enemigo. Justamente con respecto a lo de Baradel, nosotros estamos lanzando una iniciativa en la Defensoría que tiene que ver con reflexionar acerca de la estigmatización de las luchas gremiales y de la dirigencia sindical, de las representaciones de los trabajadores. Es decir, en base a que el empleado del Estado es vago, la maestra no quiere trabajar y falta, el camionero es violento y su dirigente es corrupto y ni que hablar cuando hay un conflicto en un medio de comunicación, por un reclamo laboral, porque hay una suerte de alianza que hace que, de ninguna manera y por ninguna vía se pueda difundir ese conflicto, porque hay una suerte de pacto de silencio y complicidad con los propietarios de los medios de comunicación. 

Entonces con muchos sindicatos, está el SMATA, Camioneros, CTERA, Sanidad, un sinnúmero de trabajadores y trabajadoras y organizaciones gremiales van a reflexionar sobre esta cuestión. Ahora ya no hay más columnas sindicales, como había hace un tiempo. Es decir, siempre los reclamos de los sindicatos son retratados como un problema de tránsito, como los que ensucian la ciudad, como los que perjudican a los usuarios. Acá en la ciudad de Buenos Aires los metrodelegados son estigmatizados y criminalizados. Entonces hay que reflexionar porque la huelga es un derecho constitucional y todos y todas tenemos derechos laborales, entonces esto es una preocupación que también tiene la Defensoría y por eso estamos lanzando esta iniciativa conjunta con Universidades también que estudian la temática, con respaldo de especialistas de la OIT porque aparentemente esta no es una problemática que suceda sólo en la Argentina, como tampoco es la del discurso de odio o la del machismo.

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