La escalada inflacionaria impacta en los bolsillos de los asalariados y profundiza la crisis social en los barrios más postergados de la ciudad de Santa Fe. Rubén Sala, dirigente social de Santa Rosa de Lima, admitió por LT9 que “mes a mes se viene profundizando y parece que esto no va a parar”.
En diálogo con Primera Mañana, indicó que la situación se agrava porque no hay laburo. “Con semejantes aumentos de precios, los más postergados, los que trabajan en negro, los sectores que dan trabajo, como la clase media, empiezan a guardar la plata. Ahí se corta la changa, los arreglos de casas, que son los trabajos que hace la gente de los barrios”, declaró.
Sala sostuvo que en los barrios “hay mucha incertidumbre y desesperanza. La situación está difícil. La única diferencia con otras crisis, como la de 2001, es que hay una red de comedores comunitarios y la gente tiene comida. Pero duele ver a la gente con una ollita ir a buscar comida a los comedores”.
En este sentido, precisó que en el barrio funcionan unos 20 comedores que asisten en forma diaria a los habitantes de la populosa barriada. Y que muchos de ellos en los últimos días vieron incrementado la cantidad de comensales.
“En un comedor del barrio, en diciembre había 80 comensales y ahora pasamos a 150. En el barrio deben funcionar 20 comedores que asisten todos los días a los vecinos, apoyados por el Estado. Pero muchas veces no alcanza y necesitan la solidaridad de los comercios y la gente”, concluyó el dirigente social.
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