"Por supuesto que la seguridad es la policía, pero también es un trabajo conjunto con la Justicia y de las áreas sociales", sostuvo ayer el gobernador Miguel Lifschitz sobre la ola de violencia con la que empezó el año 2018 en la zona sur de Rosario. El mandatario deslizó, en sintonía con lo expresado días atrás por su ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, cierta responsabilidad de la Justicia en el tratamiento de los casos en los que están involucrados los protagonistas de esta seguidilla de crímenes que aparecen vinculados a un complejo enfrentamiento barrial que tiene a las familias Funes y Caminos como partes visibles de una trama tal vez mucho más grande si se la mira debajo de la superficie.
"Es un tema que nos preocupa. Este pico de violencia es un caso puntual y requiere una mirada muy especial", afirmó ayer Lifschitz al ser consultado en el marco de una recorrida por el aeropuerto de Fisherton luego de la cual, adelantó, mantendría reuniones con el equipo de Seguridad de su gabinete. En ese sentido, si bien eludió criticar la feria judicial como había hecho Pullaro, pidió más presencia de fiscales en estos meses ya que "los crímenes no dejan de ocurrir en enero".
Este año comenzó con una serie de hechos violentos que hizo trizas la relativa calma con la que parecía terminar 2017, donde el total de crímenes en el departamento Rosario volvió a disminuir respecto del año anterior. De las 14 muertes que se investigan como homicidios en la primera quincena del año, la mitad podría estar vinculada al conocido enfrentamiento entre dos familias del Fonavi Municipal de Alice y Lamadrid: la de Jorge "Gordo" Funes y la de Roberto "Pimpi" Caminos, el ex jefe de la barra brava de Newell's asesinado en 2010.
En la disputa entre Los Funes y la alianza entre Alexis Caminos y Ariel "Tubi" Segovia se mezclan odios personales con la lucha por el control del territorio para la venta de droga. Y su recrudecimiento llama la atención teniendo en cuenta que sus principales protagonistas están presos. Lautaro "Lamparita" Funes está detenido por varios delitos y al menos un crimen, y su hermano Alan está prófugo luego de que la circulación de un video en el que aparece disparando una ametralladora lo hiciera fugar de donde cumplía arresto domiciliario. Por el otro lado, tanto Segovia como Alexis están detenidos, éste último acusado de matar a Mariela Miranda, madre de los Funes.
Con sus principales protagonistas tras las rejas la disputa, que llegó a disparar en 2016 una ola de violencia en el sudeste rosarino, parecía controlada. Sin embargo, una serie de sucesos parecen haberla reactivado.
Desde el primer día del año se desencadenó una serie de balaceras con heridos y muertos que, en mayor o menor medida, se atribuyó a este enfrentamiento, con sus coletazos y respectivos vueltos. Al menos cinco de los homicidios registrados en la primera quincena del año aparecen vinculados con la saga.
Fuente: La Capital