Hoy  martes, un grupo de activistas por los derechos humanos y de la comunidad LGBTQI+ protestaron en el Museo de la FIFA en Zurich para pedirle al organismo que defienda los derechos civiles durante el Mundial de Qatar 2022 donde la homosexualidad es un delito penado por ley.

El reclamo coincidió con las declaraciones de Khalid Salman, ex jugador de la selección de Qatar y embajador de la Copa del Mundo que consideró a la homosexualidad como un "daño psíquico".

La protesta frente al Museo de la FIFA fue encabezada por los grupos "All Out", "Pink Cross", "Swiss Lesbian Organization" y "Transgender Network Switzerland".

Los manifestantes jugaron un partido simulado con "representantes" de la FIFA y de Qatar. Luego, los integrantes de este conjunto se encadenaron frente al arco para impedir que el equipo LGBTQI+ convirtiera un gol y, al final del partido, los jugadores del "equipo la FIFA" se quitaron la casaca, se unieron a sus rivales y juntos festejaron un gol y se besaron para defender "el amor y la igualdad".

"La idea es alentar a las selecciones que jugarán el Mundial, a los futbolistas y a los patrocinadores a expresar su respaldo a los derechos de la comunidad LGBTQI+ durante la Copa del Mundo en Qatar", explicó Justin Lessner, miembro del grupo "All Out".

Los manifestantes expresaron que "le corresponde a la FIFA asumir la responsabilidad y actuar en consecuencia para defender los derechos de las personas LGBTQI+ en Qatar, no sólo de los fanáticos que viajarán al Mundial, sino de todas las personas que viven en ese país".

Además señalaron que "la FIFA se mostró extremadamente silenciosa al respecto" ya que solamente recomendaron a las 32 selecciones participantes en la Copa del Mundo que se "concentren en el fútbol" y dejen de intentar dar "lecciones morales".