La sequía no da tregua y sigue provocando mortandad de ganado y peces en el norte santafesino.
El fenómeno, que lleva más de tres años, mantiene casi seco el Río Salado, "algo que muy pocas veces se ha dado" señalan habitantes del departamento 9 de Julio.
Al respecto, el periodista de Antena 9, Miguel Rosales, dijo que desde Tostado hacia abajo, la falta agua afecta a los productores más pequeños.
"Directamente no hay agua", aseveró, al tiempo que señaló que "hace unos pocos días se produjo una gran mortandad de búfalos en Logroño", en un establecimiento que produce carne de ese animal.
Vale recordar que a principios de diciembre la presidenta comunal de Gregoria Pérez, localidad del mismo departamento norteño, había advertido por LT9 que la situación era tan extrema que peligraba la disponibilidad de agua para consumo humano.
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Una luz de esperanza
El lunes de la semana pasada, el ingeniero del INA, Juan Borus, reconoció en diálogo con Informe 1150 que la bajante de los ríos era la "más importante de la historia argentina".
Sin embargo, el especialista auguró que tras más de tres años, la sequía podría llegar a su fin este 2023.
"Estimamos que a partir del otoño empezará a normalizarse la situación. La producción agropecuaria necesita lluvias y esta normalización beneficiará al sector a mediano plazo", había manifestado en una nota con Germán Dellamónica.