El Gobierno prepara una serie de decretos -que saldrán desde este miércoles- y un paquete de leyes; el BCRA publicará el miércoles una “solución” para la deuda comercial de las empresas y la “bola de Leliq”
Además de la tajante baja del gasto público -de casi 3 puntos del PBI-, el plan del nuevo gobierno nacional incluye también un aumento de impuestos a importaciones (PAIS) y también a las exportaciones (retenciones).
Habrá quitas de subsidios a la energía y trasporte desde febrero próximo, se eliminará la fórmula de movilidad jubilatoria, habrá una nueva moratoria, un blanqueo y subirán las retenciones de todos los productos al 15% (menos la soja, en un 30%). Habría una “reversión” de los cambios en Ganancias, y una iniciativa de “adelanto” del pago del impuesto a los Bienes Personales con una alícuota preferencial. Para contener a los más vulnerables, se anunciará una duplicación de la AUH y subirá 50% la Tarjeta Alimentar.
El Gobierno pretende eliminar las SIRA (los permisos de importación), se mantendrá el cepo cambiario y la economía funcionará, con una actualización, con el presupuesto aprobado de 2023. Para llegar a marzo, en el equipo económico que conduce Luis Caputo estiman que las cerealeras –incentivadas por un ancla nominal casi fija y un nuevo tipo de cambio- tendrán un incentivo a liquidar ya, lo que le daría un puente de unos US$5000 millones, estiman. Las cerealeras pasaron ayer por el Palacio de Hacienda.
Los dólares tendrán renovados valores, algunos de ellos confirmados por Caputo en su video grabado. Para la exportación será de $860 en un esquema para liquidar 80% en el MULC (con nuevo valor mayorista a $800) y 20% en el Contado con Liquidación (CCL). Las importaciones se moverán con un dólar a $940, gracias a un salto del impuesto PAIS, que pasará de 7,5% a 17,5% (para bienes y servicios). El llamado dólar tarjeta (pagos en dólares en el exterior o de servicios en el extranjero) seguirá existiendo, pero con cambios. Mantendrá las percepciones de Ganancias y también el impuesto PAIS. Costará ahora $1320. ¿Qué sucederá con el muy limitado acceso al dólar ahorro? “No está definido”, dijeron.
En el Gobierno creen que el impacto del traslado a precios de la devaluación va a ser bajo, teniendo en cuenta que varios valores ya se habían adelantado -en el Ministerio de Economía ven correr la inflación de diciembre a un 7% semanal- y porque, por la recesión, un salto más brusco no sería convalidado por los consumidores, que ya vienen con seis años de caída en sus ingresos.
Ajuste fiscal
El Palacio de Hacienda esperan recaudar con la suba del impuesto PAIS un 0,8% del PBI (este gravamen está vigente hasta diciembre de 2024); con las retenciones adicionales de 15% a todos los productos, 0,5%; con una “reversión” de la reforma de Ganancias, 0,4%; con los proyectos de blanqueo, Bienes Personales, y la moratoria, un 0,5%. En total, son 2,2 puntos del producto. Con relación a los gastos, se bajará en jubilaciones y pensiones un 0,4% del PBI; con las transferencias corrientes a provincias se ajusta un 0,5%; con subsidios económicos, 0,7%; gastos de capital (obras), 0,7% del PBI; programas sociales intermedios, 0,4%; gastos de funcionamiento y otros, 0,5%, programas sociales sin intermediarios, 0,3%. En total, 2,9%.
Caputo dijo que no se renovarán todos los contratos de menos de un año de vigencia en el Estado, se suspenderá -lo había adelantado Manuel Adorni- la pauta oficial por un año, se reducirán “al mínimo” las transferencias discrecionales a las provincias y no habrá licitación de nueva obra pública.
La reducción de subsidios al transporte y a la energía mantendrá la segmentación. Se trabajará para poner el foco de estos subsidios en la demanda y no en la oferta. Se premiará el ahorro, no se sabe en qué porcentaje, y se castigará el despilfarro. “Trabajaremos en una redistribución de los subsidios a la demanda”, explicaron. La idea, detallaron, es que los cambios comiencen a verse desde febrero. Al mismo tiempo deberán actualizarse las tarifas por el salto de los precios y también la del dólar. El impacto en los valores de los servicios, siguiendo los tiempos oficiales, se comenzaría a ver recién en el IPC de abril.
La movilidad jubilatoria se buscará cambiar en el Congreso. Los aumentos a los jubilados y pensionados serían, según el plan oficial especificado, serían discrecionales, o sea, por decreto. La actual ley, dicen, indexa a los seis meses de rezago. En el equipo económico creen que, con el salto de la inflación en los primeros meses tras la devaluación (40% en los próximos tres meses), la actual ley perjudicaría a los jubilados, afirmaron. No obstante, el Gobierno prevé un ajuste de 0,4% en esa línea del presupuesto. “Tenemos que empezar a desindexar la economía”, contaron cerca del Ministro de Economía.
Todas las retenciones tendrán un alícuota de 15%, mientras que la soja mantendrá su actual nivel, cercano al 30% (el poroto paga 33% y los subproductos -harina y aceite-, un 31%). El salto de la alícuota tendrá que pasar por el Congreso. En el equipo económico consideran que será aprobado teniendo en cuenta el beneficio cambiario que tendrán los exportadores con el salto del dólar.
En números que difundió Economía figura una baja del gasto como “reversión reforma Ganancias”. No indica cómo se hará, pero parece probable que haya un paso atrás con la “eliminación” del impuesto que empujó Sergio Massa. No fue confirmado. Por otra parte, se enviará una iniciativa al Congreso para ir bajando año a año Bienes Personales hasta 2027. Se buscará que algunos contribuyentes puedan “adelantar” opcionalmente sus pagos con la alícuota más baja (la que regiría para el último año). La idea del equipo es que aquellos que tengan dólares en el colchón se animen volcarlos a la economía.
Por otra parte, cerca de Caputo afirmaron que el pago de este mes al Fondo Monetario Internacional (FMI)- que celebró el plan del ministro anunciado hoy- se hará con fondos prestados por la CAF. No habría problemas, afirman, además, con los vencimientos con el organismo y privados en enero.
Según buscaron dar a entender desde el entorno de Caputo, habrá un ancla principal, que será la fiscal, con una fuerte licuación y recorte del gasto, incluido salarios y jubilaciones. Luego del salto del dólar, se sumará un ancla cambiaria, con un dólar que se moverá por debajo de los precios. El freno del gasto público y la baja de ingresos impactarán sobre la actividad. La recesión, creen, frenará a la inflación.