Si bien hasta ahora no lo confirmó, Cristian González ya tendría en mente la formación de Unión para visitar el sábado a Racing en el inicio de la Copa de la Liga Profesional. En la pretemporada estuvo haciendo algunas pruebas para sacar conclusiones y decidir. Incluso en una de las entrevistas admitió que en ningún partido paró el equipo titular que piensa.

Por un lado, esperaba tener los refuerzos y por otro, que se adapten a la idea. Lo que sí parece claro es el sistema 5-3-2. Si bien en la última fecha ante Tigre paró un 4-4-2, durante todo su proceso la otra idea es la que preponderó y, como nota que los jugadores están cómodos, la desplegaría. Ahora con algunos nombres nuevos.

Pero a poco del partido, Kily sigue jugando al misterio y hay un por qué: las inhibiciones. Por lo que se pudo saber, la dirigencia antes del viernes iba a pagar para poder utilizar las incorporaciones. Mientras tanto, el conductor rojinblanco no está tranquilo, porque a veces los tiempos no son los mismos y las transacciones demoran más en impactar.

Quedará para el debate por qué se tuvo que esperar hasta el filo para resolverlo. La respuesta emerge sola: la habilitación para pagar a un precio oficial, que nunca se da en Argentina por las restricciones. Mientras tanto, en algunos movimientos tácticos se fueron dando indicios.

Bruno Pittón estaría ya recuperado de la contractura y a disposición, pero el técnico quedó muy conforme con el trabajo que estuvo haciendo en la banda izquierda Mateo Del Blanco. Lo mismo que en la zaga con Franco Pardo, que sorprendió. Sería un mano a mano con Miguel Torrén.

La otra duda estaría en el ataque, entre Nicolás Orsini y Gonzalo Morales. Ambos siguen secos de gol. Lucas Gamba es una fija. Llegó para potenciar la competencia Adrián Balboa, que necesita unos días para ponerse a todo. Detalles que se podrían conocer ya en el trabajo matutino en Casasol, donde Kily haría fútbol. Pero siempre expectante de lo que se levanten las inhibiciones.