“Estuve en un torneo de la categoría 2014 el otro día, ganó el Barcelona, una cosa de locos cómo juega. Hay un chico argentino espectacular; por cierto, ya informé a la AFA para que estemos atentos y que no se nos escape el chico, que no nos lo quiten. Es salteño, un centrocampista”.
Jorge D’Alessandro, el ex arquero y entrenador argentino devenido analista, que regaló la mejor y más ocurrente radiografía de la selección argentina que ganó el Mundial de Qatar, volvió a poner en superficie el nombre de otra perla albiceleste, que con sus videos virales viene entusiasmando a los fanáticos desde hace un par de años. Se llama Pedrito Juárez, tiene apenas 10 años y acaba de ganar dos títulos al hilo como gran figura del Barça. Uno fue la Ibercup, en Algeciras, en cuya final le anotó tres goles al Porto. Y también la Iscarcup en Madrid, tras superar al Sevilla en la definición. Este fue el torneo que presenció el ex guardameta de San Lorenzo y quedó maravillado por la promesa.
“Es director de juego, mueve los muñecos, es un chico que tiene un don. No comparemos con Messi, es un jugador de fútbol total, Tiene una visión periférica del juego, un chico con esa capacidad de toma de decisión y de verificar en cada momento cuál es el pase idóneo... Eso es un don. Estamos ante un jugador de futuro”, concluyó D’Alessandro en una entrevista con el periodista Diego Yudcovsky.
Sus palabras volaron a la velocidad de las redes sociales y con la misma fuerza de su analogía de las Ferraris con los mediocampistas de La Scaloneta. Si bien Pedrito ya venía haciendo ruido, la posibilidad de enfrentarse con varias de las potencias de Europa en estos certámenes le ofreció otra vidriera.
La familia Juárez está compuesta por papá Gonzalo, mamá María Agustina, el pequeño as y su hermano Santiago. Primero se mudaron desde Argentina a los Estados Unidos y, en 2020, con la sombra de la pandemia, volvieron a armar las valijas y desembarcaron en Barcelona.
Una vez afincados en Cataluña, empezaron a buscar dónde Pedrito podía expresar su estrecho vínculo con la pelota. Participó de un campus en el Atlètic Sant Just para mostrarse, pero sus movimientos hechizaron a los entrenadores. Y terminó jugando todo el año. El Barça y el Espanyol olfatearon su potencial y disputaron una versión diferente del clásico regional para quedarse con sus lujos, enviando sus scoutings para tentarlo. Fue el conjunto blaugrana el que ganó la pulseada.
Desde allí, cada paso suyo y las pruebas de su habilidad resultaron retratadas en una cuenta de Instagram (@pedritojuarez2014), que es gestionada por su papá, que también jugó al fútbol, aunque suele repetir, medio en serio, medio en broma “lo que él hace yo nunca lo podría hacer”.
Su entorno mantiene el perfil bajo y prefiere no hablar con los medios ante la efervescencia que causa su evolución, a la que se sumó ahora la elogiosa sentencia de D’Alessandro, que inflamó de orgullo a su familia. “Él es feliz jugando, disfruta mucho de lo que hace. Lo apasiona”, dicen cerca del mini fantasista, para cobijarlo del fervor, aunque sus prestaciones no hacen más que alentarlo.
En efecto, tiene diferentes características a las de Messi, es más armador, pero por su gambeta en velocidad anota goles parecidos a los que la Pulga regó con la camiseta de Newell’s o en sus inicios en el elenco culé. Como el que le convirtió a fines de 2021 al UE Sant Vicenç dels Horts, una escuela de fútbol de un municipio homónimo de la Ciudad Condal. El partido estaba 5-5 cuando eludió a todos sus rivales para depositar el balón en la red y provocar los aplausos de la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Esa fue una de sus primeras acciones que se transformaron en virales.
Y aunque no estén cortados por el mismo molde, este hincha de Boca, que también admira a Carlos Tevez y a Juan Román Riquelme, tiene como máximo ídolo al capitán de la selección argentina, al punto que llegó a dormir con una foto del astro del Inter Miami. Como su antecesor, esta Pulga también fue convocado muchas veces a jugar contra niños mayores. Entre los videos que supieron causar sensación, hay uno en el que hace jueguitos apoyándose en un paredón, y la pelota muta en un conejo incansable, sin pausa, como en un loop eterno. “Una vez llegó a 1500, pero hace mucho que no contamos porque se aburre”, reveló alguien que accedió a su intimidad.
“Pedro es un caso especial. Cuando yo estuve como coach de niños, de mi hijo más grande, él siempre estaba afuera de las líneas con la pelota e iba y venía. Y empezó a querer jugar cada vez más”, relató su papá el germen de su pasión, en una entrevista con la TV de México en 2020. Cuatro años más tarde, Pedrito hace furor y ya está en boca de figuras del fútbol, cuando ni siquiera entró en la adolescencia.
Su entorno no tuvo contacto directo con gente de la selección argentina, aunque aún le falta para ser elegible entre los jóvenes que pueden aspirar a participar de un Sub 15. “Es muy chico todavía, pero sería un placer que lo llamaran cuando sea el momento”, remarcan desde su círculo íntimo y ya ponen sobre la mesa una elección atada al corazón. Bien argentino, como el de su adorado Messi.