La Ruta Nacional Nº 7 que une las provincias de Santa Fe y Buenos Aires se encuentra cortada por los excesos hídricos de la laguna La Picasa hace más de un año, afectando además a miles de hectáreas productivas y generando un grave problemas para los pobladores y productores de la región. 

Ahora que hace algunos días el agua comenzó a bajar, se puede apreciar que el corredor estratégico que conecta importantes sectores productivos luce intransitable.

“El panorama es desolador. Además los mayores daños vienen ahora, con el oleaje de la laguna pegando en la tierra debajo del asfalto. Distinto era cuando el agua estaba sobre la calzada”, relató el presidente comunal de Aarón Castellanos, Walter Ramanzín, al portal Vía Riosario. Dicha localidad es la más cercana a la laguna.

Respecto al estado de la RN 7, Ramazín indicó que "el pavimento tiene grietas, la traza está minada de piedras de gran porte y los guardarrail atraviesan el camino. Así quedaron por la fuerza del agua”.

La autoridad comunal de Aarón Castellanos insiste con que "la solución de fondo es que se trabaje en el escurrimiento de la laguna cuenca afuera, así como lograr que se dejem de hacer canales clandestinos", y no solamente elevar la altura de la ruta.

Por último, Ramazín no se mostró muy esperanzado respecto al tiempo que llevarán los trabajos para que el corredor vuelva a ser transitable: “Yo creo que por más que el agua siga bajando, al menos éste año será imposible que vuelva a circular un auto por allí”, concluyó.