Al menos ocho personas murieron en el estado de San Pablo, en el sureste de Brasil, a raíz de una de las peores tempestades de los últimos 30 años, según informó Defensa Civil.
Tres personas murieron al caer un muro en el municipio de Baurú, y las otras cinco aplastadas por caídas de árboles en las ciudades de Diadema, Cotia y San Pablo, la mayor urbe sudamericana, según informó Defensa Civil, citada por el canal "Globonews".
Los vientos de 107,5 kilómetros por hora registrados en la ciudad de San Pablo, los más fuertes registrados desde 1995, dejaron unas 10 millones de personas sin luz durante más de 15 horas.
En varios distritos no existe previsión de la empresa concesionaria de distribución eléctrica para el retorno de la energía, según informó la propia empresa, pero la Agencia Nacional de Energía Elétrica (Aneel), el ente regulador, le exigió presentar una propuesta de actualización de la calidad del servicio.
Muchos árboles cayeron por las tormentas y dejaron un reguero de muerte y destrucción.
El alcalde de San Pablo, Ricardo Nunes, culpó a la empresa por la falta de restablecimiento de la distribución de la energía eléctrica en los hogares.
La Defensa Civil informó que la falta de energía también afectó el fin de semana la red de distribución de agua potable en San Pablo y los municipios vecinos de Sao Bernardo do Campo, Cotia, Sao Caetano, Santo André y Diadema.